“Los aires ya no son tan buenos aires, la vida nada más que un blanco móvil” dice una parte de esa hermosa canción titulada “Porque cantamos” que intentaba mostrar la realidad oscura de una época de acciones dictatoriales “donde la fuerza a través de los bastones largos” eran los protagonistas. Y parece ser que en este bendito país, se sigue sin aprender y que la violencia uniformada nuevamente se hace presente. Tal fue el caso de anoche cuando la Policía de la ciudad de Buenos Aires impidió, lanzando gas pimienta y avanzando con la infantería, que DOCENTES de CTERA instalaran una “escuela itinerante” en la plaza del Congreso, con una carpa para continuar con el reclamo de una paritaria nacional para el sector.
Mientras la protesta se llevaba pacíficamente; los uniformados dependientes de la comisaría sexta comenzaron a reprimir y según ellos como se lo dijeron al secretario general de SUTEBA, Roberto Baradel cuando pidió una explicación, fue “por orden directa del gobierno nacional”.
Realmente, un nuevo ataque al derecho a luchar por parte del gobierno de Mauricio Macri ha demostrado en este caso un atentado a la educación pública. Ni el ex presidente de la Nación, Carlos Menem se atrevió a mandar a reprimir cuando los docentes en abril de 1997 le instalaron la CARPA BLANCA reclamando un aumento en los fondos económicos destinados a la educación. La medida duró 1003 días, levantándose en diciembre de 1999 cuando el Congreso de la Nación promulgó una Ley de Financiamiento Educativo que garantizaba un fondo salarial para la educación.
Por eso, ante estos hechos es importante repudiar este tipo de actitudes donde la violencia se adueña del tiempo de paz; sobre todo para “pegarle palos “a nuestros maestros que sin dudas ayudaron y ayudan a formarnos como seres humanos en una parte de nuestra vida.
“SODITA” SARDEN