Madryn

NO ES UN DIA MAS…

¡ Hace cuarenta y cinco años, en coincidencia con el inicio de la Conferencia de Estocolmo – cuyo tema central fue el medio ambiente – fue establecido el 5 de junio de cada año como su día internacional, ratificado con posterioridad por la Asamblea General de Naciones Unidas en diciembre de 1972. Este nuevo aniversario cobra una funesta significación habida cuenta del anuncio de los EEUU de abandonar el acuerdo de Paris y todos los compromisos que de él se desprenden en cuanto a la reducción de emisiones de aquellos gases que producen el efecto invernadero, el calentamiento global y el consecuente, evidente e innegable cambio climático que, lenta pero inexorablemente está transformando la fisonomía ambiental de todo el planeta. El país del norte y China son los responsables de la mayor producción de gases contaminantes. El displicente e irresponsable desconocimiento de sus industrias y gobiernos de estas circunstancias están llevando al planeta hacia un camino sin retorno en términos ambientales, tornando insuficiente y casi estériles los esfuerzos que realizan más de ciento cincuenta países que, adaptándose a las nuevas tecnologías y prácticas productivas, intentan reducir las emisiones y ralentizar el calentamiento global. Nuestro país -signatario del protocolo de Kioto y del acuerdo de Paris – debería poner seguramente mayor énfasis en las prácticas de adaptación a estas circunstancias que lejos de ser complejas elucubraciones académicas, se visualizan cada vez con más frecuencia con el incremento en la intensidad de los eventos meteorológicos (sequias, precipitaciones, vientos huracanados, desertización, etc.).
En esta línea de preservación, evitar la contaminación de nuestros recursos básicos como lo son la tierra, el agua y el aire, deberían ser preocupación impostergable de nuestro gobierno provincial que más allá de la altisonante declamación de “provincia ambiental” poco y nada hace en consecuencia. Seguimos los chubutenses a la espera de la evaluación y valoración del pasivo ambiental de más de cien años de producción petrolera, de la aplicación estricta de las normativas sancionadas en defensa del uso del agua del Senguer, de la fiscalización y determinación de los niveles de contaminación del rio Chubut, de los efectos del yacimiento de uranio de los adobes sobre las aguas subterráneas y superficiales que transporta este rio, de la sempiterna cuestión de las cloacas de Trelew que terminan indefectiblemente en el mar y de la verdadera historia de los fluorados de la producción alumínica en Puerto Madryn. Este 5 de junio no debería ser una fecha simbólica mas, sino una oportunidad para reflexionar sobre una situación ambiental critica, inédita y sumamente crucial, de la cual somos protagonistas inexcusables y responsables, tanto individual como colectivamente. Lic. Raúl O. Barneche Playa Unión, 05 junio 2017

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