En el día de ayer la Mesa de Unidad Sindical fue convocada a una nueva reunión con el gobierno provincial. Nuevamente, usted, nuestro gobernador no estuvo presente. Nuevamente, tuvo que viajar a Buenos Aires a “continuar con las gestiones” según sus propias palabras.
Hoy, habló en una suerte de conferencia de prensa. Hoy, no ayer. Lo escuché. Primero borré el audio de lo profundamente decepcionada que me dejaron sus declaraciones, aunque, pensándolo bien, ¿iba a decir otra cosa? En fin. Usted habló. Ahora yo retomo sus palabras y, desde el conocimiento obtenido en mi materia como profesora de lengua, le digo lo siguiente:
• Usted falta a la verdad cuando se incluye en un “nosotros” que propone el diálogo. Nunca estuvo presente en los momentos de diálogo, ni siquiera tuvo el respeto de recibir a la Sra. Nora Cortiñas, porque, claro, tenía que viajar a Buenos Aires a “continuar con las gestiones”. Yo no formo parte de ese “nosotros” por usted propuesto. Nunca formaré parte del mismo. El pronombre personal de 1º persona del plural del cual yo formo parte es honesto, trabaja, puede mirar a los ojos a la gente, puede hablar de corrupción sin ponerse nervioso, puede pagar sus gastos, no figura en planillas de Excel, ni en libros de contabilidad oscuros. Ese es mi nosotros. Usted, no.
• Usted repite hasta el hartazgo la palabra diálogo. La nombra pero no la hace propia. Yo dialogo constantemente. Con mis colegas en las salas de profesores y en las calles. Con mis estudiantes en el aula o en los pasillos. Yo aprendo del otro mediante el diálogo. Acepto que me puedo equivocar y acepto que me puedan enseñar. Pero fundamentalmente, escucho.
• Usted hoy dijo lo siguiente (me dan ganas de arreglar su redacción, pero no lo haré, lo escribiré tal cual lo escuché): “Los chicos tienen que estudiar. Hay que ponerse en el lugar de los padres cuando tienen que ir a trabajar y los chicos, los niños, quedan en las casas de los abuelos, los tíos, del vecino” Cuán lamentable su concepto acerca de la función docente. Sólo espero haya sido un desliz porque si verdaderamente usted piensa que la escuela es una guardería, pobre futuro le depara a la educación pública bajo su gestión.
• Inmediatamente después continuó (insisto, no voy a cambiar palabra alguna): “Que cuando uno razona y lo mira con objetividad y lo he dicho varias veces y lo voy a repetir hoy mismo también, el 73% de la masa salarial se cumple el día 9 el día 10, el 21 % el día 15, el 16 y el restante el día de ayer que se cumplió con la totalidad, el 100 % de los sueldos”. A usted le corresponde pagar los sueldos hasta el 5º día hábil de cada mes, ¿lo recuerda? ¿Cómo puede vender como un logro de gestión haber terminado de pagar un 22 de mes? Cierto, usted mismo lo dijo: “hay mucho por hacer para sacar al empleado público de la precarización”. Lo dijo usted, no yo. Y como si sus palabras fueran de otro concluyó: “Pronto cumpliremos en tiempo y forma como marca la ley”. Si leo bien usted está diciendo que con la forma de pago actual está fuera de la ley…
• Al momento de ser preguntado por los posibles descuentos a los trabajadores que venimos sosteniendo medidas de fuerza usted dijo: “Di instrucciones para no descontar. Con esta nueva medida de las 96 horas de paro empezaremos a descontar”. Yo y nosotros. El yo bueno que no descuenta y el nosotros malo que aleccionará. Señor gobernador, no desligue responsabilidades. No juegue a Jeckyl y Hide.
• Luego usted dice: “el conflicto no pasa tanto por lo salarial, sino por el pago escalonado” y luego agrega “no siempre las paritarias son hablar de aumentos salariales o en este caso específico de la precar…, perdón, del pago escalonado” Sí, señor gobernador, esa “precar” que usted no concluyó es precariedad. Y lo que usted cometió fue un acto fallido, es decir, puso de manifiesto una expresión contraria a su intención consciente.
• Usted dice: “De este esfuerzo que estamos haciendo todos, también les he pedido un poco de esfuerzo a ellos”. Yo debo esforzarme para salir de esta crisis. Sí, debo acomodar mis cuentas al aumento de gas, de luz, del pago fuera de término de las tarjetas de crédito producto de su pago escalonado, reescribir los proyectos en cada una de las escuelas para que los chicos puedan tener el aprendizaje que corresponde. Ustedes, los que sonríen socarronamente en cada acto de gobierno, ¿cuál es el esfuerzo que hacen?
Cuando decidí ser docente, lo hice pensando en qué brindarle al otro; fue un acto de altruismo. Cuando usted aceptó la función pública, ¿lo hizo pensando en el otro?