Parece mentira y como parte de un thriller fílmico el paso de la mayoría de los secretarios privados en las distintas gestiones de gobierno del fallecido gobernador, Mario Das Neves.
Vale resaltar que el ex gobernador siempre tuvo capacidad para saber elegir a sus secretarios privados y a su entorno más íntimo.
En sus principios durante la primera gestión del 2003 al 2007 se volcó por su chofer privado (desde 1995) Alberto Vargas quien luego tuvo sus primeros inconvenientes judiciales en Comodoro Rivadavia y hace un año en Rawson. Posteriormente llegó Francisco Salto –un rionegrino a quien había conocido en la Cámara de Diputados de la Nación en 1997-, quien durante la primera gestión también tuvo inconvenientes con la justicia por compra “ilegal” de botines de trabajo mientras estaba en un área de Desarrollo Social de la provincia.
Y en estos últimos años ocupó el lugar Gonzalo Carpintero y en la Unidad Gobernador, Diego Correa, que también cumplía funciones en la misma oficina.
Lo notable es que el destino quiso que todos los secretarios privados tuvieran su paso o alguna relación con los pasillos judiciales por una u otra causa.
Definitivamente ha quedado demostrado que la función de la Secretaría Privada del gobernador del Chubut, se ha transformando sin duda en un lugar de “extremo poder” sin control y sin escrúpulos, mientras la suerte le dure a quien maneje ese pequeño poder.
Lamentable en estos tiempos donde la “honestidad” de otros momentos permanece perdida, cada vez más se suman puntos oscuros en el universo político gracias a las malas acciones de algunos políticos sobre todo al momento de elegir a sus “hombres de confianza”. Como vemos, en estos casos, para mal