Como sostiene el sociólogo y ex Presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, “GOBERNAR ES EXPLICAR” y hoy más que nunca los chubutenses necesitamos explicaciones.
El grado de apertura y difusión de la información y las cuentas públicas de un gobierno es directamente proporcional a la voluntad de sus gobernantes de someterse al control público de la ciudadanía y en Chubut se advierte un claro ejemplo de un gobierno provincial que parece no tener voluntad alguna de ser controlado ni rendir cuentas de su gestión.
La publicidad de los actos de gobierno y el acceso a la información pública provincial son dos grandes deudas de la política al sistema republicano, cuyo incumplimiento daña enormemente a las instituciones y también a la calidad de vida de los chubutenses.
Para ponerlo en contexto, la Provincia del Chubut ha sido pionera en materia de acceso a la información pública con su ley LEY I- Nº 156 (antes Ley 3764) del año 1992 y al día de hoy es la provincia que ha quedado ubicada en las peores posiciones, en los informes de la ASAP (Asociación Argentina de Presupuesto), en materia de accesibilidad y transparencia en las cuentas públicas.
Pero sin necesidad de visualizar informes técnicos, que tal vez abruman al ciudadano de a pie, basta con contrastar las distintas noticias de los medios, las declaraciones de funcionarios y la escasa-por no decir nula- información de la web del gobierno provincial y en condiciones de entendimiento accesible, para darse cuenta que no se difunde de forma oficial y fehaciente, la real situación económico-financiera de la provincia.
Difundir oficialmente la marcha de las cuentas públicas es una obligación del gobierno. Conocer y acceder a la misma es un derecho ciudadano, es por eso que la crisis provincial actual se agrava, además, por el oscurantismo que evidencia la falta de definiciones e información certera respecto de la agobiante situación fiscal de la provincia.
De la simple lectura de los hechos y de los medios, surge claramente que la información y datos se obtienen por la filtración a medios, que no siempre son uniformes, por las declaraciones de funcionarios que ni siquiera se ponen de acuerdo en lo que dicen o peor aún se desdicen entre sí, por números que se dan en reuniones cerradas o por la investigación de profesionales comprometidos.
La falta de información precisa, de previsibilidad, de planificación de medidas, y las diversas declaraciones espasmódicas que no dan certeza alguna, sólo generan en la sociedad un estado de incertidumbre, temor, enojo y desconfianza ante la sensación de la mentira.
Evidentemente no se quiere o no se puede explicar la crisis, ni la causa, ni los números, ni quiénes ni cuándo, porque al hacerlo seguramente habrá muchas responsabilidades en juego, o peor aún, la evidencia de la impericia.
Queda claro entonces que el lema electoral de “la tercer provincia mejor administrada” sólo alimenta en la ciudadanía la sensación de la mentira.
En este contexto social, si se quiere encarar de lleno esta crisis se debería empezar por lo básico, por difundir información veraz y oficial de forma institucional y accesible para el entendimiento
de toda la ciudadanía y por EXPLICAR a los chubutenses el real estado de las cuentas públicas, asumiendo las responsabilidades de la gestión de gobierno.
Si se pide comprensión, primero hay que explicar responsablemente.
El sinceramiento fiscal, abriendo y explicando los números de la provincia para conocer la verdadera situación económica, es el primer paso para salir del oscurantismo y recobrar algo de legitimidad social y política que permita recomponer, mediante políticas públicas de fondo a través de acuerdos políticos, el deterioro institucional y económico de la provincia.
Cecilia Laura Basualdo
Abogada (UBA)
Puerto Madryn