El Intendente continúa llevando adelante su gestión
en el Municipio de Madryn, aunque la realidad hoy pasa por otro lado.
“Nos preocupa muchísimo la situación que vive la provincia y en lo
personal mantengo el diálogo con todos los sectores. Jamás le dimos
la espalda a un conflicto”, dice
“Hemos tenido en las puertas del Municipio marchas de todo tipo. Y puedo
asegurar, no solo que el 80% de las mismas han sido por cuestiones
ajenas a la Municipalidad, sino que además, hemos salido a dar la cara
siempre. Nunca le dimos la espalda a ningún conflicto
que involucre a ciudadanos de Madryn, y nunca lo haremos”.
Sastre continúa llevando adelante su gestión como Intendente de la
localidad portuaria, aunque sabe que hoy “la realidad pasa por otro
lado. Se están viviendo situaciones complicadas en varios Municipios de
la Provincia, con paros, protestas. Y en Madryn tenemos
muchísimos vecinos que son parte del Estado Provincial en áreas como
salud, educación y tantas otras. Entendemos el reclamo perfectamente
como dirigentes políticos. En mi caso lo vivo a diario, porque mi hijo
va a la escuela primaria pública, y la situación
es grave. Mi mujer es docente. No somos una familia que esté ajena a lo
que sucede. Y a ello se le suma la oportunidad de asumir en diciembre
como Vicegobernador. Trato en lo personal de mantener un fuerte canal de
diálogo con los representantes de los trabajadores,
porque es mi manera, siempre lo hice de esa forma y vivo pregonándolo.
Hay conflictos que se han solucionado, y otros que no, pero no existe en
Madryn un dirigente sindical que pueda decir que el Municipio alguna
vez no abrió sus puertas durante mis dos gestiones”,
aseveró Sastre.
En otro orden admitió que “cada vez que vecinos de Madryn han llevado
adelante un reclamo por sus fuentes laborales, ya sea porque estaban en
riesgo o por demora en el pago de salarios, nosotros dejamos en claro
que los acompañábamos y que mediábamos ante el
Estado Provincial para encontrar soluciones lo antes posible”.
En el mismo orden señaló que “jamás dejamos de atender esos reclamos,
pero creo que no deben mezclarse las diferentes cuestiones. Ayer leía
que citaban a la gente a manifestarse, por ejemplo, en las puertas de mi
casa. Y yo entiendo el enojo, entiendo el reclamo,
y es justo, pero mi familia no tiene nada que ver con esto, ni tampoco
mis vecinos. Lo bueno es que todo el mundo sabe donde vivo, porque jamás
me escondí de nadie. Todos tienen mi teléfono y un canal de diálogo
abierto. Y saben que el Municipio tiene las
puertas abiertas para recibir cualquier tipo de inquietud de los
vecinos”.
Por último, admitió que “nosotros pasamos por distintas crisis, algunas
propias y otras ajenas. Las que nos tocó afrontar en soledad, las
supimos revertir e incluso aprender de ellas para no volver a
repetirlas. Tenemos claro que se debe enderezar el rumbo
cuanto antes, y brindar soluciones a los trabajadores. La realidad que
se atraviesa es dura, y también se nota en el Municipio, que siempre
termina siendo una caja de resonancia de cada uno de estos conflictos,
sean locales o provinciales, de capitales privados
o del estado. Incluso con el equipo de trabajo del Municipio pudimos,
como todos los meses, abonar los salarios en tiempo y forma, pero
tampoco es para celebrarlo, máxime teniendo en cuenta que la gente no la
está pasando bien”, cerr