Se presentó un libro sobre especies exóticas marino-costeras que apuesta a trabajar en conjunto con la comunidad en la comprensión y prevención de las invasiones biológicas.
“Muchos de los organismos que habitan el mar, son completamente novedosos para las personas y si no los conoces, no conmueven, no te llegan al corazón. Ese es un gran problema a la hora de pensar la conservación”, indican Evangelina Schwindt, investigadora independiente del Instituto de Biología de Organismos Marinos (IBIOMAR-CONICET) y Alejandro Bortolus, investigador independiente del Instituto Patagónico para el Estudio de los Ecosistemas Continentales (IPEEC-CONICET), especialistas en invasiones biológicas desde hace más de veinticinco años. Ambos, dirigen además el Grupo de Ecología en Ambientes Costeros (GEAC).
El libro “Especies Exóticas Marino-Costeras”, seleccionó 45 especies de organismos que se encuentran establecidos a lo largo de toda la franja costera de la Argentina. Existe un muy amplio panorama de especies exóticas. “El libro abarca virus, dinoflagelados, invertebrados, peces, algas marinas y plantas con flores, garantizando que los lectores comprendan la diversidad de las invasiones biológicas y la dimensión de los impactos en cascada, a menudo impredecibles, que las especies exóticas pueden tener”, afirma James Carlton, Profesor Emérito de Ciencias Marinas en el Williams College, en Massachussets (Estados Unidos) y referente internacional en el estudio de las invasiones biológicas, en uno de los prólogos que contiene la publicación.
Hasta este momento, no existía para Argentina, ningún tipo de compilación que aborde la temática y que se encuentre a disposición de toda persona que quiera adquirirlo. Es por eso que los autores se tomaron el trabajo de redactarlo en un lenguaje ameno y está escrito en inglés y en castellano. Fue enviado, además, a bibliotecas universitarias de todo el continente americano y de gran parte del mundo.
“Queremos que el libro sea una herramienta que se encuentre a disposición de la mayor cantidad de gente posible y a través de él, dejar en claro además, nuestra visión como grupo de trabajo. No nos dedicamos a combatir a todas las especies exóticas. De hecho, una gran parte es nuestra alimentación cotidiana y dependemos en muchos aspectos de ellas. Concentramos nuestros esfuerzos en aquellas que, entendemos, pueden significar una amenaza para el bienestar y la salud humana, impactar la economía, producir una pérdida en la biodiversidad y la calidad de vida de las personas en general. No se trata de combatir todo lo que no es de acá, sino todo aquello que puede tener un impacto grave en nuestras vidas”, asegura Schwindt.
La posibilidad de redactar este material, permitió a los científicos comenzar a derribar algunos imaginarios que terminan siendo una barrera a la hora de pensar en estrategias efectivas de conservación del medioambiente. “Nos criamos con la idea, que el mundo lo soporta todo y que el mar purifica, recicla y limpia. Esto no es así. Debemos comprender que actualmente nos encontramos en un punto crítico y es una cuestión urgente cambiar el rumbo de nuestras acciones”, afirma Schwindt.
Las invasiones biológicas constituyen una de las cinco causantes de cambios en la biodiversidad global. Para los investigadores, este libro permite colocar en el ojo de la tormenta, a las especies exóticas invasoras como uno de los factores que pueden afectar la calidad de vida de las personas e indican que, además de las respuestas que deben dar las agencias gubernamentales y no gubernamentales, las instituciones científicas y los organismos de control, algunas conductas individuales de las personas pueden ser parte de la solución.
“Quienes pescan, bucean o tienen una pequeña embarcación, deben lavar sus equipos al salir del agua y esos buenos hábitos ayudarán a disminuir considerablemente la dispersión de especies no nativas. La especie Didymosphenia geminata, conocida vulgarmente como Didymo o moco de las rocas, es un alga que tiene una capacidad de reproducción muy alta y con impactos ambientales importantes. La gente va a pescar y se le pega en las ropas o en el equipo y cuando van a otro lado, la están dispersando. Detrás de las invasiones biológicas siempre hay personas y es por eso que prestar atención a las acciones de cada uno de nosotros es importante”, explica Bortolus.
Una vez que una especie se establece en un sitio, prolifera y genera poblaciones que se autosustentan; es muy poco lo que se puede hacer para erradicarlas, y el costo económico suele ser muy alto. Por eso “se deberían invertir mayores esfuerzos en la prevención. Una vez que una nueva especie exótica se ha detectado tempranamente, debemos trabajar en su posible erradicación y evitar su dispersión. Y aquí, de nuevo, todas las personas pueden ser parte de la solución. Si alguien observa un organismo que le resulta raro, poco habitual para la región que habita, puede reportarlo y darlo a conocer a los especialistas. Sacar una foto y enviarla por correo electrónico, es una forma para los científicos de tener miles de ayudantes en el campo en todo momento para encontrar una solución a tiempo”, comentan.
Entre los autores del libro, se encuentran Nicolás Battini, Clara Giachetti y Karen Castro, becarios doctorales, dirigidos por Evangelina Schwindt y Alejandro Bortolus. “Sin su colaboración hubiese sido imposible terminarlo y además que se formen estudiantes que se especialicen en especies exóticas, es una forma de que crezca la disciplina en Argentina”, indican.
Este libro que se presentó el pasado 19 de septiembre en el CCT CONICET-CENPAT, fue redactado con una filosofía sin fines de lucro para los autores. Lo recaudado se destinará a una nueva edición para que se encuentre siempre a disposición de quien lo requiera. Link