Algunos niños juegan con autitos o a la pelota o les gusta que les lean cuentos. A Francisco le apasionaba la música. Tenía tres años y golpeteaba sobre la mesa de la cocina un piano imaginario mientras cantaba al ritmo de la guitarra que tocaba su mamá.
Nació en la ciudad de bs.as. en 1982. A los 5 años una joven concertista lo tomó como discípulo y tiempo después inició estudios formales en el Conservatorio Musical de Villa Pueyrredón, bajo la dirección de la notable maestra “Pochi” Etcheverry. Tenía 13 años cuando obtuvo su primer título de profesor. Unos años más de perfeccionamiento en el Conservatorio Municipal Gral. San Martín y sin descuidar los estudios académicos nace el gusto por los ricos estilos populares. Aparecen las guitarras, el bajo, algunos vientos y la voz. Y entre sus primeros trabajos como pianista acompañante, solista, creador de varias bandas y armador de coros se reafirma su vocación indeclinable de músico.
En el 2005 se radica en la ciudad de Puerto Madryn. Tango, folclore, rock, los estilos se superponen y enriquecen los pentagramas y animan fiestas, bares y hasta la playa.
Representa como músico a la Provincia del Chubut en el 2009 en ocasión del gran evento organizado por el Fondo Nacional De las Artes y al año siguiente para las fiestas del Bicentenario argentino en la Ciudad de Bs.As.
Graba en el 2013 junto al guitarrista y compositor trelewense, Fabián Nesprías un disco de música original, con raíces folclóricas, bajo el sello Discográfico “Melopea”, que cuenta con la participación de Litto Nebbia y Fernando Suarez Paz. Ese mismo año el dúo realiza una gira por Europa, principalmente Francia, y a su regreso por distintas ciudades del país.
Maestro y aprendiz incansable, buscador y apasionado, Francisco Cosentino pertenece a una generación de pianistas que hacen de su música un modo de vivir la vida y una manera de ser que rescata y enaltece la pasión por el arte.