Es indiscutible y está a las claras la gravedad de la crisis económica de la Provincia del Chubut. Las consecuencias son terribles e impactan de lleno a los ciudadanos de a pie, a quienes se les hace extremadamente difícil intentar sobrevivir sin haber percibido sus sueldos que ya tienen, en algunos casos, atrasos de más de 60 días. Y, a contra pelo de lo que se espera de un Gobierno capaz de gestionar la crisis, quienes conducen los destinos de la Provincia del Chubut, han decidido mirar para otro lado, predicar “amor al prójimo” en pascuas mientras el pueblo pasa hambre y grita muy fuerte sin ser escuchado.
Demasiadas muestras de improbidad e incapacidad ha expuesto el Gobernador de Chubut y sus funcionarios, que parecen vivir ajenos a la realidad y se aferran fuertemente a un poder invisible, que no tienen y que el pueblo se niega dar. Es en este sentido que resulta fundamental la autocrítica de los sucesos pasados, y es ahí donde se vuelve a errar, intentando salir indemnes en la responsabilidad de la crisis, alegando solamente a factores externos no controlables como los únicos causales.
En las últimas horas, un funcionario del Gobierno, que de hecho ha sido parte de otros Gobiernos PJ de la Provincia del Chubut que condujeron y conducen durante más de 10 años la provincia, se lamentó de que muchos no quieran responder al Gobernador en sus decisiones e intento explicar las causas de la crisis ante la interpelación de varios usuarios de Twitter. Y nuevamente, en un acto de absoluta irreverencia al pueblo y de subestimación, deslindó de responsabilidades a la gestión de gobierno de la situación.
El “brillante funcionario” dijo que “intentaban (pagar los sueldos), pero con la economía parada, baja de la recaudación, barril de petróleo que bajo de 68 a 20 dólares, Aluar al 50% sin compradores de exportaciones, es un esfuerzo cotidiano”, agregando, a modo de historiador que “La crisis comenzó en la Argentina y el mundo en 2008, nos endeudamos paulatinamente y las rentas nacionales nunca se acomodaron de compensar a Chubut por lo que aporta. La baja de commodities y de la coparticipación más la suba de la inflación impide pagar bien salarios 2017/2019”. Pero la realidad parece que desde su óptica se cuenta de forma parcial, sesgada y muy pobre.
El funcionario se olvida de hacer una revisión sobre, por ejemplo, los destinos de los fondos de los bonos de endeudamiento que hoy estamos pagando, sobre los que se animó a decir que estaban vinculados al “desarrollo de la provincia”, desconociendo el desmanejo que se hizo de ellos y la falta de concreción de obras públicas que eran objeto de estos endeudamientos ¿O acaso alguien vio los centros que iba construir en Comodoro Rivadavia y Trelew? , por señalar algo.
Al mismo tiempo, resulta contradictorio hacer referencia a que nunca se ha compensado del todo a Chubut por sus aportes, en tanto fueron los gobiernos del mismo signo político quienes renunciaron a hacer reclamos en este sentido, por única disposición de la actual vicepresidenta, en ese momento presidenta. Sin dejar de señalar, que los reclamos al Gobierno Nacional solo se hacen, por parte del Gobierno Provincial, de forma selectiva. Demostración de lo anterior es que con la llegada de Fernández al poder, se produjo la suspensión de los reclamos y acciones a Nación por las medidas tomadas en el Gobierno de Cambiemos y que la justicia falló de forma favorable para Chubut.
Sumado a todo lo anterior, se olvida de mencionar la irresponsable y oportunista paritaria con fines únicamente electorales que firmó el actual Gobernador de Chubut con los empleados estatales, en un contexto que las arcas provinciales mostraban sería imposible sostener.
Parece que la matemática no es su fuerte y alega algunas cuestiones que ni siquiera desde la lógica no se pueden entender. Los procesos inflacionarios que en cuestión se referencian, y son reales en la economía nacional, empeoran los ingresos familiares, puesto se produce una caída en el poder de compra de las unidades domésticas, pero podría haberse aprovechado de cierta forma para licuar los compromisos en moneda histórica no actualizables que mantenía y mantiene la provincia, en contrario, y a causa de la deficiente administración de fondos públicos, se siguió aumentando la deuda a corto plazo a tasas de interés altísimas, se siguió sobredimensionando el Estado incluyendo gente a la plata política de forma desmedida y con consecuencias que están a la vista.
Si bien las condiciones económicas nacionales que implican un manejo macroeconómico que escapa a las decisiones de un Gobernador, no fueron las mejores, no hay provincia en Argentina con los problemas de magnitud como los que presenta Chubut. ¿Será que la administración tiene que ver? Obviamente, y está a las claras que es tiempo de que los administradores dejen de victimizarse y demuestren algo de capacidad para identificar fallos, corregirlos y plantear un camino de salida ¿O no pueden?
En Chubut hace muchos años todo huele a podrido, y no es solamente el pescado descompuesto que repartieron en los pueblos en un “heroico acto de solidaridad”, encubriendo intereses particulares, sino también y muy fuerte, toda esa clase política que esconde cosas debajo de la alfombra subestimando al pueblo y al poder que conserva el mismo en cualquier Democracia.