La docente e investigadora Soledad Retamar afirmó que decir cuándo será el pico de la pandemia sería “hacer futurología” y apeló a la responsabilidad individual y al rastreo y aislamiento de personas que estuvieron con otras con Covid-19 para frenar los contagios.
Por Natalia Concina
La docente e investigadora Soledad Retamar afirmó que decir cuándo será el pico de la pandemia de coronavirus sería “hacer futurología” pero explicó que “si la curva epidemiológica crece en forma exponencial el sistema se satura” y apeló a la responsabilidad individual y al rastreo y aislamiento de personas que estuvieron con otras con Covid-19 para frenar los contagios.
Retamar es integrante del Grupo de Investigación en Bases de Datos (GIBD) de la Facultad Regional Concepción del Uruguay de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), un equipo en el que participan docentes, becarios alumnos y graduados de la carrera de Ingeniería en Sistemas de Información que desde el comienzo de la pandemia analiza datos locales, regionales, nacional e internacionales.
Estos datos son volcados en gráficos de acceso público en la página https://gibd.github.io/covid/ y brindan información clave para hacer análisis sobre la evolución de la enfermedad así como también para establecer comparaciones entre regiones o países.
El diálogo con Télam, Retamar analizó gran parte de estos gráficos y brindó un panorama de cómo se encuentra hoy la curva epidemiológica en Argentina.
Télam: Esta semana se habló mucho de la “velocidad de contagio”, ¿cómo se obtiene ese dato y qué representa?
Soledad Retamar: Si bien técnicamente la velocidad se puede calcular con la derivada de una función hay otros indicadores que nos representan esto mismo de un modo más “amigable”. En base a los reportes diarios del Ministerio de Salud se puede calcular la tasa de variación que nos indica en qué proporción se han incrementado o decrecido los casos con respecto al día anterior o al período con el que se lo compare.
En particular nosotros elegimos el indicador “días de duplicación de casos” para analizar la velocidad de la curva. Para calcularlos se utiliza una fórmula sencilla que, asumiendo la exponencialidad de la curva y la velocidad de crecimiento, nos indica cada cuántos días los casos acumulados se duplican. A menor cantidad de días para duplicar, mayor es la velocidad de contagios.
T: ¿Y cómo estamos respecto a la velocidad de contagio?
SR: En la actualidad, a nivel nacional, los casos se duplican cada 16 días aproximadamente cuando a mediados de mayo se había logrado duplicar cada 24. Esto es un indicador más que claro de que la curva se sigue acelerando. Pero la dinámica de la curva se ve afectada básicamente por la velocidad que se observa en ciudad de Buenos Aires, provincia de Buenos Aires y Chaco. Si uno analiza el resto del país, serían necesarios en promedio 50 días para duplicar los casos mientras que en estas tres jurisdicciones promedian los 16 días.
A la vez, la situación en la provincia de Buenos Aires también es muy disímil. Los partidos que integran el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) tienen en promedio 14 días de duplicación y en el interior de la provincia, salvando algunas excepciones, promedia en los 80 días.
Si observamos la tasa de variación que mencionaba anteriormente la curva nacional creció un 35% con respecto a la semana anterior; en particular en provincia de Buenos Aires el aumento fue del 45% y en la Ciudad de 38%.
T: ¿En qué momento de la curva epidemiológica estamos? ¿Tendremos el famoso pico? ¿Cuándo sería?
SR: Por el momento hay muchas incertidumbres con respecto al virus y sólo hemos podido observar su comportamiento en base a las experiencias de otros países. Esto permitió conocer que la curva de infectados crece a un ritmo exponencial, alcanza un pico y luego comienza a caer.
Determinar en qué momento de ese escenario nos encontramos sería casi como hacer futurología, ya que no depende solamente de los datos del pasado sino de las políticas de mitigación adoptadas, entre otros factores.
Pudimos ver que alrededor del 20 de marzo ya atravesamos un pico y, sin embargo, luego la epidemia comenzó a expandirse nuevamente. En la actualidad lo que se puede observar objetivamente con los datos es que la curva aún sigue creciendo, lo que nos lleva a la conclusión de que en una meseta no estamos.
Este crecimiento sostenido cesará cuando baje la tasa de contagios y recién ahí podremos determinar en qué momento se dio el pico. La reducción de contagios estará estrechamente ligada a las medidas que se tomen y al comportamiento responsable de nosotros como sociedad.
T: Si la curva sigue como hasta hoy, ¿qué pasará en las próximas semana?
SR: Hay muchos modelos matemáticos que permiten realizar proyecciones y plantean diversos escenarios, pero en todos ellos existen parámetros que dependen pura y exclusivamente del comportamiento de la sociedad y el efecto de las políticas de salud pública adoptadas.
Si tomamos una foto de la situación actual todo nos lleva a suponer que los contagios seguirán aumentando. Sumado a eso, existe otro dato que debemos seguir con atención y es la ocupación de camas en los sanatorios y en particular en las terapias intensivas. Esta ocupación está directamente relacionada con la cantidad de casos: a mayor número de personas enfermas mayor será la necesidad de servicios hospitalarios para asistirlas, por ende, si los casos siguen creciendo de manera exponencial llegará un momento en que los servicios de salud (que son finitos) y el personal necesario estarán saturados.
T: En tus gráficos se observa que el porcentaje de positivos en relación a la cantidad de testeos (índice de positividad) va en aumento. ¿Qué implica esto?¿Y qué habría que hacer para revertirlo?
SR: Es correcto, el índice de positividad va en aumento y esto no es un buen indicador. A nivel nacional se encuentra en 25,8%, y en particular el jueves la Ciudad de Buenos Aires registró una positividad del 41,5% y la provincia de Buenos aires 29,1%. Estos números tan altos nos llevan a pensar que estamos llegando tarde a la detección de los casos, y posiblemente exista un subtesteo.
Es primordial en esta etapa de la epidemia, con un virus tan contagioso, que se realice el rastreo efectivo de los contactos de un caso confirmado para luego aislarlos y realizar el seguimiento estricto de ello. Si el trabajo de contención y vigilancia se realizan correctamente podremos remitir la pandemia más rápidamente.