Diputada María Andrea Aguilera
A lo largo de la historia, las mujeres hemos desempeñado roles claves y fundamentales para el avance de las sociedades en distintos ámbitos y diversas materias. Hoy, la lucha continua en pos de lograr un mundo más igualitario en términos de derechos y oportunidades. Este mundo demanda unión para alcanzar las verdaderas transformaciones que son necesarias, y es entonces cuando nos debe encontrar juntas.
Transitamos una crisis sin precedentes. El alarmante crecimiento en los índices de violencia de género y femicidios alrededor de todo el mundo, observados durante la pandemia, no deben pasar desapercibidos, y la ausencia de acciones por parte del Estado profundiza el problema.
La única política pública que parece vigente es la creación de áreas y múltiples cargos de los que no surgen medidas claras para encarar esta crisis, sino que solo sirven para utilizar la causa como parte de un posicionamiento partidario, generando la ilusión de acciones sin respuestas estructurales.
En la Provincia del Chubut, la falta de políticas públicas vinculadas a este aspecto también deviene de un panorama institucional débil en materia de género y signado por la preponderancia de hombres y consecuente falta de mujeres en la toma de decisiones estratégicas. Vemos mujeres muy valiosas relegadas a cargos típicamente ocupados por roles femeninos, caracterizados comúnmente por decisiones acotadas y de poco peso político, bajo absurdas premisas de otras épocas. Esto demuestra que en las instituciones públicas aún debemos avanzar en este sentido. Solo por ilustrar este punto, de los once Ministerios que conforman el actual Gabinete Provincial, diez de ellos, incluido el Ministerio de la Mujer, se encuentran a cargo de hombres.
A diario, las mujeres debemos superar múltiples barreras a pesar de existir parámetros de igualdad en cuanto al reconocimiento legal de derechos históricamente conquistados. Y ésto no se da sólo en el ámbito de la administración pública y la política, sino también en las instituciones, las empresas y las distintas organizaciones de la sociedad civil, entre ellas, las organizaciones sindicales. Es necesario entonces, generar, a través del consenso, un marco de acción que produzca resultados eficientes en cuanto al acceso a puestos de poder, culturalmente destinado a roles masculinos, lo que deja fuera cualquier análisis de aptitudes posible y, por consecuencia, la evaluación acaba por ser condicionada.
Necesariamente en nuestra Provincia, debemos avanzar en impulsar un proceso de incorporación de la perspectiva de género, tanto en el funcionamiento de las instituciones como así en las estructuras de estas. Para ello resulta necesario e indispensable acompañar las trasformaciones socioculturales e históricas que sufren los roles de género, con herramientas legislativas que lo propicien. Es así, que insistimos una vez en que la conformación de las vacantes del Superior Tribunal de Justicia Provincial, máximo órgano de Justicia, se cubra con la inclusión de mujeres, en cumplimiento con la manda constitucional.
No podemos dejar de destacar, en una conmemoración como la de hoy, que en medio de una contingencia como la pandemia del COVID 19, la “Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer” de las Naciones Unidas, reconoció que las mejores y más eficaces respuestas estuvieron conducidas por mujeres y equipos de mujeres, lo que pone de manifiesto, una vez más, que la auténtica transformación hacia un futuro y un presente más igualitario depende de nuestra participación. Es necesario alzar nuestras voces en los espacios de decisión y, desde cualquier lugar aportar nuestra mirada crítica y perspectiva analítica de la realidad, en búsqueda de lograr un cambio real de paradigma.
Juntas tenemos que frenar los abusos, mitigar y erradicar la violencia, condenar y eliminar los femicidios, romper el “techo de cristal” y empapar a las instituciones públicas de verdadera igualdad a través de la participación.
Por nuestras predecesoras, por nuestras hijas y por todas las que han luchado y lo siguen haciendo, éste debe ser un compromiso compartido.