Cada 8 de Junio se conmemora el Día Mundial de los Océanos, una excusa para recordar la importancia de la preservación de nuestros mares y, junto a ellos, las miles de especies que los habitan. En la Reserva El Pedral, se celebró este día limpiando las playas aledañas.
La imagen se repite en las costas de nuestra Patagonia: matas colmadas de bolsas descartables, líneas de marea trazadas por cajones y redes de pesca, playas repletas de botellas plásticas. Un panorama desolador para quienes crecimos junto al mar transparente del sur, haciendo campamentos en las playas prístinas del Golfo Nuevo, sabiendo que se puede interactuar de otro modo con la naturaleza.
La iniciativa surge en conjunto entre los equipos de Parley Internacional y la Reserva El Pedral: celebrar el Día Mundial de los Océanos limpiando diferentes costas argentinas. En esta oportunidad, el equipo de la Reserva El Pedral llevó a cabo una limpieza en el área de Punta Ninfas. Esta playa es el hogar de pingüinos, elefantes marinos, ballenas y orcas. Durante todo un día se realizó la limpieza de la costa de este sector, uno de los accesos a nuestro golfo. Las numerosas bolsas con residuos debieron ser cargadas hasta lo alto del acantilado, y luego ser transportadas hasta Puerto Madryn para su reciclaje en el GIRSU.
Fue sorprendente la cantidad de basura plástica encontrada en un lugar tan aislado de centros urbanos. Se desenterraron cientos de botellas, tapas de latas, pedazos de cajones y redes. Los residuos son consecuencia de la desidia humana: de visitantes que no regresan con su basura, de navegantes que tiran por la borda los deshechos, quizás pensando en que el mar los desaparecerá.
Ver que ni siquiera la inaccesibilidad les permiten a estas playas sobrevivir a nuestras formas de consumo, nos deja pensando en la responsabilidad que tenemos como sociedad y como individuos de liderar el cambio, modificando las conductas propias, exigiendo políticas sustentables, sobre todo a las empresas que extraen los recursos naturales, y acompañando las acciones que ya se están gestando.
La conciencia colectiva sobre el problema que nos estamos enfrentando es fundamental para evitar que, en unos pocos años, estemos nadando en un mar de basura.
La premisa es asumir responsabilidades y cambiar para mejor, lo que se encuentre a la mano.
