El programa desarrolla la instalación de invernáculos con el objetivo de Promover la Producción de Alimentos Frescos en forma técnico demostrativa.
El Programa de Agricultura Familiar (PROAF) Chubut fomenta la producción de agroalimentos en el marco de las políticas provinciales y nacionales, que promueven la seguridad alimentaria, brindando asistencia técnica, financiera y comercial para el pequeño productor, minifundista, campesinos, chacareros, productores familiares, trabajadores rurales y comunidades de pueblos originarios.
Todo a partir de un trabajo interinstitucional, que permita a los beneficiarios acceder a distintas herramientas, para aumentar y mejorar la producción.
Hasta el momento, a través del Ministerio de Agricultura Ganadería, Industria y Comercio a cargo de Leandro Cavaco, se entregaron estructuras y nylon para construir invernáculos de dimensiones variables, semillas, equipos de riego y herramientas, sumando, un monto total de inversión de 3.419.966 de pesos a las localidades de Aldea Apeleg, Ricardo Rojas, Aldea Beleiro, Buen Pasto, Gualjaina, José de San Martin, El Maitén, Cushamen, Cholila, Lago Blanco, Rio Pico, Gastre, Epuyén, Cerro Cóndor, Rio Mayo, Facundo, Atilio Viglione, y Paso del Sapo.
El objetivo es complementar lo que ya se inició hace más de 20 años en la provincia y necesita continuar sostenidamente, y donde se avanzó en la producción de alimentos, en la comercialización y mejorando el poder de venta de sus productores miembros.
El subsecretario de Agricultura, Claudio Mosqueira, responsable del programa, señaló que “es bueno recordar que la Agricultura Familiar se define, como un tipo de producción, donde la Unidad Doméstica y la Unidad Productiva están físicamente integradas. La agricultura es la principal ocupación y fuente de ingreso del núcleo familiar, la familia aporta la fracción predominante de la fuerza de trabajo utilizada en la explotación, y la producción se dirige al autoconsumo y al mercado conjuntamente”.
“Nuestros principios fueron direccionados por el Gobernador Arcioni, quien entendió comenzar de menor a mayor en el interior provincial donde es central la necesidad de alimentos seguros y de calidad. Por eso el programa ejecutó la generación de huertas familiares y comunitarias en 20 comunas y municipios rurales, que comprometieron a organizaciones de distinto tipo para llevar acciones de construcción de invernáculos, gestión, producción y comercialización. Recibiendo la colaboración de distintas instituciones del ámbito nacional, provincial y municipal y permitiendo el acceso de alimentos frescos locales a más de 250 familias”, agregó.
Implementación en comunas
Una vez entregado el material, y capacitado el personal, han quedado a cargo los locales, intentando potenciar mesas de trabajo de los actores territoriales priorizando un desarrollo armónico de las huertas e invernáculos productivos, asesorando y sosteniendo este programa provincial desde el ministerio.
En cada caso, se evaluaron las posibilidades de acceso a la tierra, las posibilidades de asistencia técnica local, la viabilidad agronómica y la disponibilidad de capacidad humana para llevar adelante las producciones previstas, respetando siempre la voluntad y el pensamiento de los propios productores locales.
“Para continuar fortaleciendo las políticas, es necesario fortalecer la capacidad de producir alimento a nivel local, a partir de mejorar hábitos y costumbres, que tengan que ver con aspectos que tengan que ver con recursos como los bancos de semillas, la disponibilidad de maquinarias, la producción de bioinsumos básicos, entre otros, para una producción de alimentos sanos y sostenibles”, agregó Mosqueira
En primera medida la importancia de la capacitación en implantación, producción, y buenas prácticas agrícolas fue compartida por distintas instituciones, se realizaron capacitaciones en Carrenleufú, Rio Mayo, Epuyén, Paso de Indios y una asistencia técnica continua en todas las comunas o municipios intervinientes el fortalecimiento de las capacidades organizativas fue prioritario en un marco de sustentabilidad Social y Ambiental.
La tierra utilizada fue provincial, municipal y de privados, donde se realizaron mas de 1.250 m2 de producción bajo cubierta, de distintas hortalizas; aunque hubo casos como el de Paso de Indios y Carrenleufú, donde la siembra fue a campo, directamente, y con muy buenos resultados productivos para el caso del cultivo de papa.
