De las medidas anunciadas por el Gobierno Nacional se desprende un objetivo de lograr un equilibrio fiscal vía saneamiento de las cuentas del Estado para establecer una plataforma de crecimiento y sostenibilidad del país.
Está claro que ese camino, que al menos será de un año según se desprenden de los números de Economía, será un tránsito sinuoso donde muchas pymes se verán impactadas directamente a raíz de fenómenos que ya se están produciendo y los que se verán en los próximos meses.
Como punto de partida hay un consenso de que las cuentas deberán reordenarse para salir del estancamiento en el que se encuentro nuestro país y en especial la región de la Patagonia en las últimas décadas.
Sin embargo, el proceso de devaluación drástica, acompañado de la quita de subsidios que comenzará a partir de los meses del verano, llevará a un impacto de lleno sobre el poder adquisitivo de los trabajadores, de la clase media y por lo tanto una fuerte retracción del consumo.
Se da por hecho que la Argentina se encamina a un proceso de estanflación, que de forma inevitable también provocará caída de la actividad y que muchas pequeñas y medianas empresas tendrán que cerrar sus puertas.
Estas situaciones, de la misma forma que ocurrió con la pandemia o con la crisis superinflacionaria de los últimos tres años ha llevado a contextos irreversibles, en los locales y en las inversiones futuras.
No puede dejarse de lado que las pymes son el motor de la creación de empleo de calidad que hoy nos puede llevar a salir del proceso de empobrecimiento, con casi un 50% de la población por debajo de la línea de pobreza.
Frente a este escenario de complejidades macroeconómicas, también es importante hacer hincapié en la distribución de los recursos en nuestro país.
Las urnas manifestaron un claro mensaje transversal y federal de acompañamiento, lo que marca que hoy el sustento no tiene que focalizarse casi de forma exclusiva en el AMBA y se tiene que ir hacia un programa que vaya más allá.
Eso quiere decir que producir desde Jujuy a Chubut o Tierra del Fuego tenga los mismos costos, que se terminen las inequidades que ponen trabas a las inversiones hace más de dos décadas en la provincia.
Esa libertad de desarrollo para la región patagónica se va poder dar una vez que se garanticen las condiciones de igualdad de costos, logísticas y productivas con respecto al norte y centro del país.
Una vez que se logre ello, el proceso decantará, con una región que de por sí aporta una importante cantidad de divisas y con una riqueza de recursos inconmensurables para generar un desarrollo pleno de nuestras poblaciones.