En medio de las dificultades logísticas y económicas, la región logró mantener un notable movimiento turístico, destacando su atractivo como destino vacacional. A pesar de que algunos sectores, como los hoteles más pequeños y alejados del centro, no alcanzaron la ocupación esperada, la temporada deja un saldo positivo y expectativas alentadoras para el resto del año.
Los turistas, conscientes de la incertidumbre económica y la posibilidad de aumentos de precios, muestran un creciente interés en asegurar sus reservas para los próximos meses. Esta anticipación en la planificación de viajes y alojamientos refleja la necesidad de garantizar su lugar y evitar contratiempos.
La Semana Santa en la Puerto Madryn, estuvo marcada por una serie de actividades que combinaron la celebración religiosa con el espíritu comunitario. Destacándose entre ellas, la organización del viacrucis en la playa, donde la participación activa de la comunidad fue evidente. Este evento no solo tuvo un carácter religioso, sino que también sirvió como plataforma para recaudar fondos destinados a causas solidarias, a través de Caritas.
Además de las ceremonias religiosas, se llevaron a cabo ferias y eventos que atrajeron tanto a residentes como a turistas.
