La iniciativa, enmarcada en una ordenanza vigente desde 2017 y activada en diciembre pasado, busca recolectar alimentos a través de donaciones de instituciones públicas, privadas y comercios locales. “El Banco de Alimentos es un programa municipal diseñado para responder a la necesidad alimentaria de los sectores más vulnerables de la ciudad”, explicó Mancilla.
El proceso de puesta en marcha está avanzado, con colaboraciones de diversas áreas municipales como gobierno, obras públicas y ecología. “Hemos mantenido reuniones con diferentes sectores y próximamente con supermercados para lograr una amplia participación”, añadió Mancilla.
En cuanto a la gestión de donaciones, Mancilla aclaró que no se prevén incentivos fiscales para las empresas participantes. Sin embargo, destacó la importancia de donar alimentos que, por daños en su presentación o etiquetas, no pueden ser comercializados pero son aptos para el consumo.
El control de calidad de los alimentos donados será riguroso, en colaboración con el área de inspecciones y bromatología del municipio. “Contamos con personal capacitado en manipulación de alimentos para garantizar que los productos lleguen en óptimas condiciones a las familias”, aseguró la subsecretaria.
Ante la creciente demanda de asistencia alimentaria, exacerbada desde 2020, la creación del Banco de Alimentos promete fortalecer el apoyo brindado a merenderos y comedores comunitarios. Mancilla subrayó que la Secretaría de Desarrollo Comunitario ya posee un registro de estos centros de asistencia, respondiendo así a la necesidad de un seguimiento efectivo.
La subsecretaria concluyó afirmando que en las próximas semanas se dará inicio oficial a la operación del Banco de Alimentos, con la esperanza de mejorar la situación de quienes más lo necesitan en la ciudad.
