En las últimas semanas, la muerte de al menos 21 ejemplares de Ballena Franca Austral (Eubalaena australis) en el Golfo Nuevo, en la Península Valdés, Chubut, ha generado gran preocupación tanto entre científicos como entre la sociedad. Esta especie, emblema de las costas patagónicas, es conocida por su atractivo natural y turístico, lo que hace que su mortalidad despierte el interés de las autoridades, investigadores y la población en general.
El Centro para el Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET) se ha encargado de investigar este fenómeno, que recuerda el evento ocurrido en 2022, cuando se registró la muerte de 30 ballenas, también asociada a la presencia de floraciones algales nocivas. En este contexto, los investigadores señalan que la causa de estos decesos podría estar vinculada a las floraciones de algas tóxicas, también conocidas como Marea Roja, un fenómeno natural que afecta los ecosistemas marinos.
Floraciones Algales Nocivas: ¿Qué Son y Cómo Afectan el Ecosistema?
Las floraciones algales nocivas ocurren cuando algas microscópicas, que producen toxinas, crecen en exceso en cuerpos de agua. Aunque el término Marea Roja hace referencia a la coloración roja que algunos fitoplancton pueden provocar en el agua, en realidad este fenómeno puede presentarse en diversos colores, como verde, azul-verde o marrón, y no siempre está asociado con la aparición visible de un cambio en la coloración del mar.
Estas floraciones son naturales, pero en ciertos casos se vuelven nocivas. Las especies que las producen pueden liberar toxinas peligrosas para la vida marina y los seres humanos. En la Patagonia, uno de los grupos más comunes de microalgas responsables de estos eventos son los dinoflagelados del género Alexandrium, que producen toxinas paralizantes, y las diatomeas del género Pseudo-nitzschia, que generan toxinas amnésicas.
Impacto en la Fauna Marinha: La Relación con las Ballenas
Las floraciones algales nocivas no solo afectan a los peces, sino también a los mamíferos marinos como las ballenas. La causa principal de esta mortalidad es la transferencia de las toxinas a través de la cadena alimentaria. Las ballenas se alimentan principalmente de zooplancton, que a su vez consume el fitoplancton. Cuando este fitoplancton es tóxico, las toxinas se acumulan en el zooplancton, que las ballenas ingieren al alimentarse.
Existen dos formas de intoxicación: aguda y crónica. La intoxicación aguda puede ser letal en poco tiempo, mientras que la crónica afecta la fisiología respiratoria y reproductiva de las ballenas, generando problemas como abortos, mortalidad fetal y partos prematuros.
En el caso de la mortalidad de las 21 ballenas en octubre de este año, los investigadores del CESIMAR han señalado que la hipótesis principal es que las ballenas pudieron haber estado expuestas a toxinas paralizantes como las que se detectaron en 2022. Sin embargo, a diferencia del año anterior, no se han encontrado floraciones abundantes de fitoplancton tóxico en la zona, aunque se ha detectado la presencia de Alexandrium catenella en las aguas del Golfo Nuevo.
Comparación con el Suceso de 2022: Un Patrón Recurrente
En 2022, un evento similar dejó 30 ballenas muertas, todas adultas y en buen estado corporal. Ese año, la floración de Alexandrium catenella fue particularmente intensa, y se registraron niveles elevados de toxinas paralizantes de moluscos (TPM) en varios organismos marinos, incluyendo lobos marinos, peces y moluscos bivalvos. Los análisis confirmaron que la mortalidad de las ballenas estuvo directamente relacionada con la intoxicación por toxinas paralizantes, que se acumulan en los organismos marinos a través de la cadena alimentaria.
En contraste, en el suceso de octubre de 2024, aunque se ha encontrado Alexandrium catenella en la zona, los niveles de toxinas paralizantes en los moluscos fueron inferiores al límite de toxicidad para los humanos, lo que hace que la relación entre las muertes de las ballenas y la floración de algas no sea tan clara. Los investigadores continúan analizando las muestras de los animales muertos, pero aún no se puede confirmar que la causa sea la misma que en 2022.
Desafíos en la Investigación: ¿Es Posible Predecir la Marea Roja?
Una de las principales dificultades en la investigación de las floraciones algales es la imprevisibilidad del fenómeno. Aunque los científicos pueden predecir que las floraciones son más probables en primavera (octubre-noviembre), debido a las condiciones de luz y nutrientes, no es posible saber con exactitud cuándo ocurrirán. Además, las floraciones algales nocivas son fenómenos complejos que dependen de varios factores ambientales, como la temperatura del agua, la concentración de nutrientes y las corrientes oceánicas.
A pesar de esto, los avances tecnológicos, como las imágenes satelitales, permiten monitorizar los cambios en el color del mar y estimar la concentración de fitoplancton en tiempo real, lo que podría ayudar a anticipar la ocurrencia de floraciones algales nocivas y mitigar sus efectos en los ecosistemas marinos.