Madryn

Estabilidad de la Inflación y sus Efectos en la Canasta Básica en Puerto Madryn

los alimentos básicos de la canasta familiar en Puerto Madryn han experimentado un leve incremento en sus precios. Entre enero y febrero, el aumento fue del 2,1%, destacándose principalmente el alza en los productos cárnicos. Este incremento, aunque moderado en comparación con meses anteriores, refleja una inflación que continúa presionando el bolsillo de los consumidores.

Según Claudio Dermo, del Centro de Estudios José María Rey, la inflación en la ciudad de Puerto Madryn se ha mantenido entre el 2% y el 2,5% mensual durante los últimos cuatro o cinco meses, lo que ha generado un “efecto de meseta” que ha calmado, en cierta medida, los nervios de los consumidores. Sin embargo, la estabilidad en la inflación no significa que los precios sean bajos. En términos generales, la inflación sigue siendo elevada en Argentina, lo que impacta directamente en la capacidad adquisitiva de las familias.

La baja de consumo: un síntoma de la crisis

Uno de los efectos más notables de esta inflación estabilizada ha sido la disminución del consumo. Dermo señala que, aunque los ingresos siguen siendo bajos y rezagados frente a los precios, los consumidores han cambiado sus hábitos de compra. En lugar de adquirir productos de forma dispersa y continua, muchos prefieren comprar al por mayor, principalmente en mayoristas, para tratar de economizar y hacer frente a los aumentos constantes de precios.

“Cuando la gente recibe su sueldo, lo primero que hace es ‘estoquearse’ porque sabe que lo que compra hoy, dentro de unos días, costará más”, explica Dermo. Sin embargo, con la estabilización de la inflación, los consumidores ahora tienen un poco más de margen para planificar sus compras.

Diferencias de precio entre supermercados y almacenes de barrio

En cuanto a la disparidad de precios entre supermercados y almacenes de barrio, Dermo aclara que, si bien no cuentan con datos exactos, como consumidores aseguran que siempre ha existido una diferencia. “Los supermercados tienen mayor capacidad para manejar rentabilidad, pero esto también se refleja en las estrategias de venta”, apunta. A diferencia de los pequeños comercios de barrio, donde el consumidor va a comprar lo que necesita y se va, los supermercados suelen estimular la compra impulsiva, lo que puede llevar a que el cliente termine comprando productos innecesarios.

Esto genera una diferencia significativa, ya que un consumidor que acude al almacén de barrio solo para comprar sal, por ejemplo, podría pagar un 10% más que si fuera al supermercado. Sin embargo, la diferencia de precios en productos no esenciales hace que muchos opten por adquirir más de lo que necesitan en un supermercado.

Los mayoristas y la compra en grupo

Por otro lado, se ha observado un fenómeno interesante: grupos de familias se han organizado para comprar al por mayor y economizar en sus compras. Dermo explica que, en Puerto Madryn, muchos mayoristas han comenzado a ofrecer venta en pequeñas cantidades, lo que ha permitido a los consumidores acceder a precios más competitivos sin necesidad de adquirir grandes volúmenes.

Aunque esta estrategia ha sido efectiva para algunos, también tiene inconvenientes. Los mayoristas suelen estar ubicados lejos de las zonas residenciales, lo que implica mayores costos de transporte y tiempo. Sin embargo, sigue siendo una opción que muchas familias están considerando para hacer frente al alto costo de vida.

La desconexión entre inflación y salarios

A pesar de que la inflación parece haber alcanzado una cierta estabilidad, los salarios continúan rezagados. Dermo destaca que, históricamente, los ingresos de los trabajadores siempre han estado por detrás del proceso inflacionario. Esto genera un círculo vicioso donde el aumento de los precios se ve opacado por la incapacidad de los salarios para ajustarse a estos cambios.

“El mayor generador de pobreza es la inflación. Es el impuesto más retrógrado que puede haber”, afirma Dermo, enfatizando que, aunque la inflación se haya estabilizado, sigue siendo un problema estructural que impacta en la calidad de vida de los ciudadanos.

¿Qué depara el futuro?

En cuanto a las proyecciones, desde el Centro de Estudios José María Rey seguirán monitoreando la evolución de los precios. A partir del 1 de abril, comenzarán con el relevamiento de datos para obtener una actualización sobre el estado de la canasta básica y la inflación en la ciudad. Según Dermo, los primeros resultados estarán disponibles para los primeros días de mayo, lo que permitirá conocer si la estabilización de la inflación continuará o si habrá nuevos aumentos en los precios de los alimentos.

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