Sandra Villar, presidenta de la Asociación de Guías de Turismo de la provincia de Chubut (AGP), expresó su profunda preocupación ante la reciente propuesta de desregulación de la profesión de guías en parques nacionales. Esta medida, anunciada por el presidente de Parques Nacionales, Christian Larsen, podría afectar gravemente a las familias que dependen del turismo, así como a la calidad del servicio y el cuidado del medio ambiente.
Villar, quien asumió la presidencia de la AGP en agosto, destacó que la propuesta de desregulación pone en peligro años de formación profesional y la estabilidad de muchos trabajadores del sector. “Estamos hablando de guías que han cursado carreras universitarias, terciarias y que poseen una formación constante y una vocación clara por proteger el entorno natural, además de brindar información especializada al turista”, afirmó.
La medida en cuestión sugiere que, a partir de su implementación, ya no será obligatorio contar con un guía profesional para los grupos organizados que visitan parques nacionales, como el Parque Los Alerces en la provincia de Chubut. Esta decisión afectaría principalmente a las agencias de viajes y empresas que operan con grupos turísticos, aunque no obligaría a quienes viajan de forma independiente a contratar un guía.
Villar explicó que los guías de turismo no solo ofrecen información sobre los destinos, sino que también juegan un papel clave en la protección del medio ambiente y en la seguridad de los turistas. “Nosotros somos los encargados de cuidar el medio ambiente y la seguridad de los turistas. Sin nuestra presencia, el control en los parques nacionales se haría insostenible”, subrayó.
Además, la desregulación podría llevar a que muchas familias dependientes del turismo queden desamparadas. La mayoría de los guías de la región son trabajadores autónomos o monotributistas, lo que les obliga a trabajar solo cuando hay demanda. El turismo en Argentina es altamente estacional, y las políticas de desregulación podrían hacer más inestable su situación económica.
“Si se permite que personas sin formación profesional se encarguen de guiar a los turistas, se pondría en riesgo no solo la seguridad, sino también la calidad de la experiencia turística”, agregó Villar. La presidenta de la AGP destacó que la medida podría hacer que los precios de los viajes no se vean reducidos, sino que los turistas terminarían perdiendo en calidad de servicio, sin un verdadero contacto con la cultura local y la identidad del lugar.
La Asociación ya comenzó a trabajar en estrategias para defender la profesión, incluyendo la redacción de cartas al presidente de Parques Nacionales y la colaboración con otras asociaciones de guías a nivel nacional. Además, se encuentran en constante comunicación con universidades y organismos profesionales para elaborar un plan de acción que permita preservar tanto la calidad del servicio turístico como la estabilidad laboral de quienes dependen de esta actividad.
Villar concluyó que la desregulación sería una medida contraproducente que no solo afectaría a los guías de turismo, sino a toda la economía local. “El guía es el primer contacto del turista con la localidad, y nuestro trabajo tiene un impacto directo en el desarrollo económico de las comunidades cercanas a los parques nacionales”, afirmó.