Madryn

La CGT ratifica su apoyo al paro nacional del 10 de abril y endurece su postura frente al gobierno de Javier Milei

Las regionales de la Confederación General del Trabajo (CGT) se reunieron en un plenario realizado en la sede histórica de Azopardo para analizar las políticas del gobierno de Javier Milei y su impacto negativo sobre los trabajadores argentinos. A lo largo del encuentro, que congregó a más de 50 delegaciones regionales de todo el país, se ratificó el respaldo al paro nacional convocado para el próximo 10 de abril y se acordó profundizar el plan de lucha con nuevas medidas de fuerza si el Ejecutivo no da respuestas a las demandas del movimiento sindical.

El plenario, que también sirvió para poner en evidencia el malestar generalizado de los trabajadores frente a las reformas impulsadas por el gobierno, fue encabezado por los principales referentes sindicales de la central obrera. Uno de los puntos destacados fue la intervención de Luis Núñez, co-delegado regional de la CGT VIRCH y Puerto Madryn, quien manifestó el apoyo unánime a la medida de fuerza, remarcando la necesidad de unidad dentro del sindicalismo para defender los derechos laborales frente a las políticas del oficialismo.

El rechazo al paquete fiscal y a la Ley Bases

Uno de los temas centrales del plenario fue el rechazo rotundo a la Ley Bases y al paquete fiscal propuesto por el gobierno de Milei, que, según los sindicalistas, tendría un impacto directo sobre los trabajadores y las clases populares del país. Los participantes destacaron que las reformas no solo agravan la precariedad laboral, sino que además desprotegen a los sectores más vulnerables de la economía argentina.

El paquete fiscal, que incluye medidas como ajustes en subsidios y la modificación de regímenes impositivos, fue calificado como una “consolidación de políticas neoliberales” que, lejos de beneficiar al país, profundiza las desigualdades económicas y sociales. A esto se sumó el rechazo a la propuesta de flexibilización laboral que se plantea en la Ley Bases, que para los sindicalistas, busca debilitar los derechos de los trabajadores y desarmar las conquistas históricas obtenidas a lo largo de décadas de lucha.

Unidad sindical y alianzas con otros sectores sociales

Los dirigentes de la CGT coincidieron en la necesidad de fortalecer la unidad sindical como forma de resistencia ante lo que consideran un ataque directo a los derechos laborales. Asimismo, se destacó la importancia de articular protestas conjuntas con los movimientos sociales y las pequeñas y medianas empresas (pymes), sectores que también ven amenazados sus intereses por las políticas económicas del gobierno.

La convocatoria a la movilización del 10 de abril, además de ser una medida de presión al Ejecutivo, busca visibilizar el rechazo masivo a las reformas y movilizar a los sectores populares en defensa del empleo, los salarios y las condiciones de vida de la clase trabajadora.

La continuidad del plan de lucha

Si bien el paro del 10 de abril es la primera medida concreta de resistencia, el plenario dejó abierta la posibilidad de convocar nuevas acciones de protesta si el gobierno no cambia su postura y no responde a las demandas del movimiento sindical. En este sentido, los dirigentes de la CGT advirtieron que no se descarta una profundización del plan de lucha, que podría incluir movilizaciones en diversas ciudades del país y nuevas medidas de fuerza a nivel nacional.

La presión de las regionales de la CGT se enmarca en un contexto político y social de alta polarización, en el que los trabajadores se sienten cada vez más afectados por las políticas económicas implementadas por el gobierno de Javier Milei. En este escenario, la central obrera se presenta como un actor clave para organizar la resistencia y garantizar la defensa de los derechos laborales frente a las reformas que consideran perjudiciales para los intereses de la clase trabajadora.

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