La solicitud presentada por el Centro de Empresas de Servicios Funerarios (Cemad) al gobierno municipal busca obtener un terreno en comodato para la construcción de un crematorio en el barrio Comercio. La propuesta, que se discutiría la próxima semana en el Concejo Deliberante, involucra un lote de más de mil metros cuadrados, situado entre las calles Magallanes, Juan XXIII, Granaderos y Simón de Alcazaba. Cemad busca que se le otorgue este terreno bajo un comodato de 99 años.
El proyecto originalmente contemplaba el traspaso de tierras municipales a Servicoop, una cooperativa vinculada a la empresa, en concepto de deuda. No obstante, la propuesta ha sido modificada en varias ocasiones. Inicialmente, el proyecto contemplaba la construcción de dos salas velatorias en un terreno de 400 metros cuadrados ubicado detrás del Cementerio Municipal, pero el enfoque actual se centra en el terreno en el barrio Comercio.
Esta iniciativa generó apoyo entre varios bloques partidarios en el Concejo Deliberante, aunque su tratamiento en la comisión de Obras Públicas no prosperó debido a la falta de los votos necesarios para su aprobación. Por lo tanto, la propuesta regresó al Ejecutivo Municipal para una nueva evaluación y posterior reenvío al Concejo. Se espera que el tema sea nuevamente tratado la próxima semana, aunque no se sabe si la propuesta inicial se mantendrá o se realizarán más modificaciones.
El Crecimiento de los Crematorios en Argentina
La cremación ha ganado popularidad en Argentina como una opción funeraria más accesible y económica frente al tradicional entierro. En 2018, alrededor del 25% de las muertes en el país fueron procesadas por cremación, y esa cifra continúa creciendo. Factores como la escasez de espacio en cementerios urbanos, el costo del entierro tradicional, y las preocupaciones sobre el impacto ambiental de las prácticas funerarias convencionales han influido en este cambio cultural.
A pesar de su creciente aceptación, la instalación de crematorios en áreas urbanas ha generado controversia. Las preocupaciones van desde el impacto ambiental hasta los riesgos para la salud pública y la calidad de vida de los habitantes cercanos.
Controversias y Preocupaciones sobre los Crematorios en Áreas Urbanas
Uno de los principales puntos de tensión está relacionado con las emisiones contaminantes generadas por los crematorios. Aunque el proceso de cremación es considerado más “limpio” que el entierro tradicional, la quema de cuerpos emite gases como dióxido de carbono (CO₂), óxidos de nitrógeno (NOx), y partículas finas. Estos contaminantes pueden afectar la calidad del aire en zonas urbanas, especialmente en ciudades ya afectadas por la contaminación.
Además, existen preocupaciones sobre los efectos de estos gases y residuos en la salud pública. Aunque los hornos crematorios están diseñados para destruir la mayoría de los patógenos presentes en los restos humanos, el proceso no es exento de riesgos. Elementos como prótesis metálicas y marcapasos, que a menudo se encuentran en los cuerpos cremados, pueden liberar sustancias tóxicas si no son gestionados adecuadamente.
Los vecinos cercanos a las instalaciones de cremación también temen que los riesgos de incendios y accidentes aumenten debido a la proximidad de estos establecimientos a áreas residenciales, lo que genera aún más reticencia hacia su instalación en zonas urbanas.
La Regulación de los Crematorios en Argentina
La legislación vigente sobre los crematorios en Argentina es aún insuficiente para garantizar un control efectivo sobre los impactos ambientales y sociales que pueden generar. Aunque existen leyes generales sobre protección ambiental, como la Ley General del Ambiente y la Ley 24.051 de residuos peligrosos, la normativa específica sobre crematorios es fragmentada y depende en gran medida de las autoridades provinciales y municipales. Esto genera desigualdades en los requisitos y controles entre distintas regiones del país.
En algunas áreas, los crematorios operan con escasos controles sobre las emisiones de gases y la gestión de residuos peligrosos. Esto se debe a la falta de tecnología avanzada en muchos casos y la limitada supervisión de las autoridades locales. A pesar de que existen regulaciones sobre la infraestructura de los crematorios, los protocolos de seguridad y manejo de emergencias no siempre se cumplen adecuadamente.
Hacia una Regulación Más Rigurosa
El creciente debate sobre la instalación de crematorios en zonas urbanas resalta la necesidad urgente de una regulación más estricta. Algunos expertos sugieren la creación de un marco normativo nacional que regule de manera uniforme la instalación y operación de crematorios en todo el país. Esto incluiría un control más exhaustivo sobre las emisiones contaminantes y requisitos claros sobre el manejo de residuos peligrosos.
Además, es fundamental fomentar la transparencia y la participación ciudadana en el proceso de planificación de estos proyectos. El diálogo con las comunidades afectadas por la cercanía de crematorios podría reducir la resistencia social y generar una mayor aceptación de estas instalaciones.