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EL IMPACTO DE LA AUTOMEDICACIÓN Y LA VENTA DE SUPLEMENTOS DIETÉTICOS SIN CONTROL

La venta de vitaminas y suplementos dietéticos ha sido un tema recurrente en el debate público, especialmente en cuanto a la automedicación y la falta de controles en su distribución. Los farmacéuticos, como profesionales de la salud, tienen un papel crucial en advertir a los consumidores sobre los peligros que implica el consumo no regulado de estos productos, que se pueden encontrar fácilmente en farmacias, herboristerías e incluso en comercios informales.

Las Vitaminas: Un Acelerador Biológico

Las vitaminas son compuestos esenciales para diversas funciones biológicas, y como su nombre lo indica, su propósito es acelerar ciertos procesos químicos dentro del cuerpo, como catalizadores biológicos. Sin ellas, reacciones vitales no podrían ocurrir de manera eficiente. Tomemos, por ejemplo, la vitamina D, que juega un papel fundamental en la absorción de calcio y la formación de huesos y dientes. Sin embargo, existen diferentes tipos de vitaminas, algunas hidrosolubles y otras liposolubles, lo que cambia su comportamiento dentro del organismo.

Las vitaminas hidrosolubles, como la vitamina C, se eliminan fácilmente del cuerpo cuando se consumen en exceso, ya que son solubles en agua. Sin embargo, las vitaminas liposolubles, como la vitamina D, se acumulan en los tejidos grasos y en el hígado, lo que puede provocar toxicidad si se ingieren en grandes cantidades sin la supervisión adecuada.

Automedicación: Un Riesgo Creciente

El fenómeno de la automedicación ha ido en aumento, especialmente con la popularización de los suplementos dietéticos. Muchas personas recurren a estas sustancias sin el debido consejo médico, lo que puede dar lugar a problemas serios. En particular, cuando se combina la prescripción de un médico con suplementos que también contienen las mismas vitaminas, se puede generar una acumulación peligrosa en el cuerpo.

El caso más evidente es el de la vitamina D. Aunque esta vitamina es producida naturalmente por el cuerpo cuando estamos expuestos al sol, durante los meses de invierno, muchas personas no reciben suficiente luz solar. Esto lleva a que algunos médicos prescriban suplementos de vitamina D. Sin embargo, el paciente puede no ser consciente de que también está consumiendo suplementos que contienen esta vitamina, lo que aumenta el riesgo de sobredosis. El resultado puede ser una serie de problemas de salud, desde daño hepático hasta trastornos renales.

El Rol del Farmacéutico en la Prevención

Es esencial que los farmacéuticos desempeñen un papel activo en la prevención de estos riesgos. En muchas farmacias, se ofrece el asesoramiento adecuado sobre los productos que los pacientes están comprando, alertándolos sobre posibles interacciones o sobre el exceso de ciertos nutrientes. Los farmacéuticos son los encargados de garantizar que los pacientes reciban la información necesaria sobre los suplementos que consumen, ayudando a evitar posibles complicaciones.

La legislación en muchos países prohíbe la venta de ciertos suplementos fuera de las farmacias para evitar la distribución descontrolada de estos productos. Además, la Ley de Farmacias en varias provincias de Argentina establece que los suplementos deben ser vendidos exclusivamente en farmacias, bajo la supervisión de un profesional capacitado.

La Falta de Información y la Desinformación

Uno de los mayores problemas en torno a la venta de vitaminas y suplementos dietéticos es la falta de información y la desinformación que circula entre la población. Muchos consumidores asumen que si algo es “natural”, no puede hacerles daño, lo que está lejos de ser cierto. Incluso los productos de herboristerías, aunque sean naturales, contienen principios activos que pueden afectar al organismo. Sin el control adecuado, estos suplementos pueden tener efectos adversos, especialmente cuando se consumen en exceso o en combinación con otros medicamentos.

Los Desafíos en el Mercado Farmacéutico

El mercado de medicamentos y suplementos está pasando por un momento complicado, debido en parte a la inflación y al aumento de los precios. En Argentina, por ejemplo, los precios de los medicamentos han aumentado considerablemente, con un incremento de hasta un 150% en el último año, lo que ha afectado el acceso a los tratamientos, especialmente entre la población de mayores recursos.

Sin embargo, no todo es negativo. En los últimos meses, los precios de los medicamentos se han estabilizado, e incluso algunos han experimentado una disminución mensual en su precio, por debajo de la inflación. Esta situación, aunque positiva, no debe hacer que los ciudadanos bajen la guardia en cuanto a la automedicación, ya que el acceso económico a los productos no garantiza su seguridad en el uso.

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