Madryn

Menos Ventas, pero la Gente Sigue Apostando por los Huevos de Pascua Caseros

Sebastián Leinen, comerciante de cotillón en Puerto Madryn, destaca que la Semana Santa es, sin lugar a dudas, la fecha más importante del año para su negocio. A pesar de que las ventas de chocolate han experimentado una disminución de un 20% en comparación con años anteriores, el interés por los huevos de Pascua caseros sigue vigente.

La tradicional costumbre de hacer huevos de Pascua en casa sigue siendo la favorita de muchas familias. Según Leinen, esto se debe a que, aunque la opción de comprar huevos ya hechos está disponible, hacerlos en casa no solo es una alternativa más económica, sino que también fomenta la unión familiar y la creatividad, especialmente entre los niños. “Es una actividad que genera un encuentro familiar, y además, el costo es mucho más bajo que comprar los huevos ya elaborados”, comentó.

Sin embargo, la situación económica no es ajena al rubro del cotillón. La escasez mundial de cacao, sumada a la inflación, ha impactado directamente en los precios del chocolate. “El chocolate ha aumentado en los últimos años, no solo por la inflación, sino porque la materia prima escasea a nivel mundial”, explicó el comerciante. A pesar de esta alza, Leinen afirma que las personas siguen comprando el chocolate a granel para elaborar los huevos caseros, lo que demuestra la importancia de la tradición.

El precio de una tableta estándar de chocolate, que equivale a hacer alrededor de siete u ocho huevos de Pascua de 7 cm, varía entre $1900 y $5000, dependiendo de la marca y el peso. Además, en su negocio ofrecen combos que incluyen chocolate y confites decorativos para quienes desean hacer más de un huevo, con precios que rondan los $9900.

A pesar de la disminución en las ventas de chocolate en comparación con años anteriores, Leinen asegura que la demanda sigue siendo alta. Los pagos con tarjeta de crédito son la tendencia en estos primeros días de ventas, aunque las transacciones en efectivo y mediante Mercado Pago también están presentes.

“El cotillón no es un bien de primera necesidad, por lo que en tiempos de crisis, las personas tienden a priorizar otros gastos antes de adornos para fiestas o cumpleaños”, señaló Leinen. Esta tendencia también se ve reflejada en la rentabilidad de su negocio, que, al igual que muchos otros comercios, ha disminuido debido a la necesidad de ajustar los precios a la inflación.

En cuanto a la posibilidad de “estoquearse” con productos como el chocolate, el comerciante aclara que no es viable debido a las fechas de vencimiento de los mismos. Tanto el chocolate como las confituras tienen una vida útil limitada de entre seis y siete meses, lo que impide acumular grandes cantidades para su venta.

A pesar de los desafíos económicos, Sebastián Leinen, con muchos años en el mercado, continúa trabajando para mantener su clientela estable, confiando en la lealtad de los clientes locales. “Llevamos muchos años en Puerto Madryn, y por suerte tenemos una clientela bastante estable”, concluyó.

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