El reciente anuncio del presidente estadounidense Donald Trump sobre la implementación de un sistema de “arancelamiento espejo” generó una fuerte preocupación en el sector pesquero argentino, especialmente entre las empresas exportadoras del langostino patagónico, uno de los productos de mayor valor agregado que se envían al mercado norteamericano.
Agustín de la Fuente, presidente de la Cámara Patagónica de la Industria Pesquera (CAPIP), expresó su inquietud en diálogo con LU20: “En 2024 se exportaron aproximadamente 170 millones de dólares en productos pesqueros a Estados Unidos, en su mayoría langostino procesado. Aplicar un arancel del 10% impactaría fuertemente en un mercado que venimos desarrollando con mucho esfuerzo”.
El dirigente explicó que muchas de las exportaciones al país del norte consisten en langostino pelado, listo para el consumo, lo que significa que tienen un alto valor agregado y son especialmente demandadas por los consumidores estadounidenses. “Este tipo de productos se adaptan al consumo rápido y directo, sin necesidad de preparación adicional ni refrigeración compleja”, detalló.
Además, De la Fuente mencionó que la industria pesquera argentina acaba de participar de manera exitosa en la feria internacional de Boston, donde se presentaron certificaciones de sustentabilidad del langostino costero, lo que abrió expectativas positivas para el posicionamiento del producto. Sin embargo, la medida anunciada por Trump podría frenar ese impulso.
La decisión del mandatario estadounidense, que justifica el nuevo esquema arancelario como una defensa de los trabajadores locales, tuvo un efecto inmediato en los mercados internacionales, provocando caídas generalizadas en las bolsas asiáticas y europeas. “El mundo se mueve con incertidumbre, y eso impacta directamente en el consumo”, explicó De la Fuente.
Por otra parte, el titular de CAPIP abordó la compleja situación interna del sector. Confirmó que, de los 113 buques congeladores disponibles, apenas uno ha salido a operar, lo que refleja el impacto del conflicto con el gremio SOMU. “Un resfrío no es una pandemia, pero hoy la realidad es que estamos casi completamente paralizados”, dijo.
Sobre los rumores de que tres plantas estarían preparando concursos preventivos, De la Fuente aclaró que no pertenecen a la cámara, aunque admitió que existen empresas en situaciones críticas, especialmente aquellas con muchos empleados permanentes y bajos niveles de procesamiento. “Hay señales de alerta que las autoridades no deberían ignorar”, advirtió.
Finalmente, el presidente de CAPIP hizo un llamado al diálogo entre todos los actores del sector: “Cuando el problema es de todos, hay que afrontarlo juntos. Ya lo hicimos en otras oportunidades, como cuando se intentó incrementar los derechos de explotación. Ahora también debemos unirnos para defender la industria”.