El secretario general del gremio de Camioneros, Jorge Taboada, encendió el debate sobre el futuro económico de la provincia al plantear que la minería, incluida la explotación de uranio, representa la única alternativa viable para la generación de empleo.
“La actividad petrolera tal cual la conocemos históricamente no va a volver a la región”, sentenció Taboada, quien apuntó directamente al traslado definitivo de las inversiones hacia Vaca Muerta, en Neuquén. Según explicó, este proceso ha dejado un fuerte pasivo laboral y ambiental en Chubut, y frente a ese vacío productivo, “no queda otra alternativa que recurrir a la actividad minera”.
El sindicalista expresó su preocupación por la falta de políticas activas que garanticen empleo para los chubutenses. “Con el petróleo no sucedió eso, y ahora estamos viviendo las consecuencias. Pongamos condiciones que dejen trabajo en la provincia”, reclamó.
Una discusión abierta y urgente
En este contexto, Taboada mantuvo recientemente una reunión con el gobernador Ignacio Torres, en la que insistió en la necesidad de debatir de manera seria y transparente la posibilidad de avanzar con la minería. “Yo no estoy en contra de que se debatan estos temas, pero debatámoslo. Hablemos del impacto ambiental, de cómo va a afectar esto a la tierra, pero también de los beneficios que puede traer”.
Además, se refirió a la ley minera que en su momento fue derogada por el exgobernador Mariano Arcioni, a la que consideró como “buena para la provincia”, y planteó interrogantes sobre el nuevo régimen que podría instalarse con el RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones). “Hay que ver si se mantienen esas condiciones o son mejores o peores”, advirtió.
El uranio, en la mira
Mientras tanto, el gobierno de Chubut dio una señal clara de su intención de avanzar en la explotación del uranio. La semana pasada, el ministro de Hidrocarburos, Federico Ponce, envió una carta documento a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) solicitando la devolución de las propiedades mineras de uranio que esa entidad administra en territorio chubutense.
El movimiento refleja una estrategia para aprovechar recursos subutilizados en un momento en que la Nación recorta transferencias y obliga a las provincias a sustentarse con sus propios recursos. En este sentido, el uranio podría representar un nuevo eje económico, siempre y cuando se respeten las normativas ambientales vigentes que prohíben la minería a cielo abierto con cianuro.
A esto se suman las prospecciones privadas que ya se están desarrollando en la provincia, lo que podría acelerar un proceso de reconversión productiva si las condiciones políticas, legales y sociales lo permiten.
Una provincia en transición
La salida de empresas del sector petrolero, como Calfrac y Superior —según advirtió el sindicato del sector—, refuerza el diagnóstico de que Chubut se encuentra en una encrucijada. El contexto nacional, con una tendencia marcada al desfinanciamiento de las provincias, empuja a buscar nuevas alternativas productivas.
Sin embargo, la minería no es una opción exenta de conflicto. El rechazo social a la megaminería, especialmente en la región de la meseta y en ciudades como Esquel, ha sido histórico. Aun así, voces como la de Taboada piden una revisión seria de este paradigma, bajo la premisa de que “el empleo es hoy una urgencia”.
Por El Caletense