El año que se termina ya quedó en la historia de la provincia del Chubut como uno de los peores, superando inclusive al oscuro 1990 que eyectó a un gobernador por juicio político.
La inexperiencia del gobernador, Mariano Arcioni ocasionó inconvenientes graves que llevaron a una crisis social y económica que contó con el reclamo de los trabajadores de más de tres meses con protestas cada 48 horas y un acampe frente a casa de Gobierno que comenzó un 20 de marzo y terminó a mediados de julio.
También hay que recordar la toma por 41 días del ministerio de Educación del Chubut.
Y uno de los casos destacados fue el de la detención de ex funcionarios de gobierno, nacidos en las entrañas del ex gobernador fallecido; Mario Das Neves y que fueron detenidos y encarcelados por presunta asociación ilícita y fraude al Estado. Aún en estos días, algunos siguen detenidos.
Entre los principales figuran los ex ministros de Coordinación fe Gabinete; Víctor Cisterna; de Economía, Pablo Oca y los secretarios privados, Gonzalo Carpintero y Diego Correa.
También hay que sumarles empresarios cómplices como Patricio Musante y Esteban Torraca.
Lamentablemente, estos acontecimientos, aparte de sorprender; sirvieron para que la sociedad supiera muy bien de las acciones “por izquierda” que durante tres gestiones del dasnevismo se llevaron a cabo dejando por el piso a un gobierno que había quedado en la historia provincial como uno de los más honestos y transparente. Los hechos reales terminaron con esa leyenda.
En este 2018 que se va; quedó demostrado que algunos políticos mancharon la confianza de la gente; del pueblo y que será difícil volver a convencer a los 600 mil chubutenses que es posible creer en el universo político. El próximo turno electoral será testigo. Mientras tanto, se cierra un año histórico y para el recuerdo. El mal recuerdo.