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“La verdadera polarización en Chubut es entre los candidatos que se rinden ante el FMI y el Frente de Izquierda”

Las elecciones generales del 9 de junio en Chubut se desarrollan en el marco de una escalada de la crisis económica y política que preside el gobierno de Macri.

Durante la campaña de las Paso dijimos que se cocinaba en Chubut una crisis de fondo, ahora de cara a las generales el iceberg comienza a despuntar. Se multiplica el desempleo y los cierres de fábricas y comercios. Trelew y Rawson parecen ciudades fantasma. Estamos en mayo y el gobierno provincial aún no ha depositado los aumentos salariales (¡de marzo!) que prometió a algunos sectores de los estatales. La economía chubutense depende, como siempre, de regalías de incierto cobro. Y resulta que al menos la mitad de los “petrodólares” que sí entran, se van por el caño: pagan los intereses (¡Sólo los intereses!) de una deuda pública provincial de más de 1000 millones de dólares. Este es uno de los intereses sociales que condiciona a los partidos patronales en esta campaña: cómo seguir ajustando al pueblo trabajador de Chubut para encubrir el robo que implica el negociado de la deuda, y además no fallarle al capital financiero.

El debate provincial

Por el lado de los tarifazos y la crisis de las cooperativas provinciales, “La Gran Estafa” está a punto de concretarse: ya está listo para aprobarse en la legislatura provincial el endeudamiento para pagar la deuda con Cammesa de 3.500 millones de pesos. La política del gobernador Mariano Arcioni y sus aliados sería endeudarnos para pagarle a los empresarios que manejan el negocio de la energía con el apoyo del Estado, en este caso el gobierno macrista, sin arribar a ninguna solución de fondo, salvo postergar la explosión para después de las elecciones. Por su parte, el PJ-kirchnerismo plantea matices, medidas cosméticas o de “emergencia” que no apuntan a la cuestión de fondo: la dolarización de los costos de producción y distribución de la energía. Política iniciada por el gobierno kirchnerista en 2014 con el Plan Gas, hasta ahora vigente. Por eso es necesario avanzar con la apertura de los libros de las cooperativas, los costos de los servicios públicos tienen que ser de conocimiento público. Y de fondo, la nacionalización de los recursos naturales estratégicos, como el gas y el petróleo, es la condición necesaria para poner en pie un sistema energético al servicio de las necesidades populares y no de la ganancia de las distribuidoras y operadoras.

Otro eje de la campaña gira en torno a los recursos naturales y los “términos del intercambio” con el gobierno central en relación a la riqueza que Chubut aporta. Los candidatos patronales, tanto Arcioni, como Carlos Linares (candidato del PJ) y Gustavo Menna (UCR-Cambiemos), plantean este problema en términos de “la defensa de los intereses de Chubut”. Desde el Partido Obrero y el Frente de Izquierda consideramos demagógico dicho planteo federalista de “defensa” si no está ligado a una ruptura con el FMI y el pago de la deuda externa nacional. Sin esa orientación política general, la Patagonia toda y no sólo Chubut es “Zona de Sacrificio”, y sus recursos naturales son la garantía de pago del “refinanciamiento” que proponen desde el PJ de Alternativa Federal hasta el kirchnerismo. En este marco general es que planteamos el no a la megaminería, el fracking y el saqueo de los recursos pesqueros. Linares se ha presentado como “única garantía” del no a la megaminería, pero nada dice de la falta de agua en Comodoro Rivadavia, toda al servicio de las operadoras, o del inminente arribo del fracking contaminante en el yacimiento D-129 (la punta de lanza de la megaminería en la provincia), esto porque está hasta las manos con las petroleras como PAE (Panamerican Energy), de las que recibe las regalías extraordinarias que le ayudan a financiar el municipio. 

Falsa polarización

El escenario político de la provincia presenta dos aspectos centrales: el pésimo resultado de Cambiemos y su candidato a gobernador, el radical Gustavo Menna en las Paso, un derrumbe al que se suma la amplia derrota del oficialismo en Córdoba y la posible ruptura de la UCR a nivel nacional. Por otro, las maniobras y el enfrentamiento entre dos variantes del PJ provincial, que a pesar del “adelantamiento” están más condicionadas aún por el escenario nacional. Estas dos fuerzas fueron las más votadas, cabe aclarar, con un 70% de participación y un porcentaje de voto en blanco del 10%. Se trata del gobernador Arcioni (Chubut al Frente, uno de los partidos provinciales que ha prevalecido en las elecciones “desdobladas”, más enrolado con los gobernadores peronistas y Alternativa Federal) y Carlos Linares, el intendente de Comodoro Rivadavia (Frente Patriótico Chubutense, candidato más encolumnado con el kirchnerismo, de quien no recibió apoyo en las Paso). Denunciamos que esta aparente “polarización” en términos políticos es falsa, se diluye inmediatamente (los vasos comunicantes entre aparatos, candidatos y fracciones de la burocracia sindical que apoyan ambas fuerzas son muchos) cuando ambos saludan el triunfo de Schiaretti, “el más macrista de los gobernadores”, o cuando ambos apoyan al unísono la candidatura de Alberto Fernández.

La “polarización” Arcioni-Linares oculta que se trata de una interna para definir quién será el candidato del PJ de cara a octubre, cualquiera sea el armado que se presente en el cierre de listas de junio. En todas sus variantes, el punto de apoyo para avanzar en el ajuste y contener la crisis es la parálisis y complicidad de la mayor parte de las direcciones sindicales, y sobre todo de la CGT (véase Petroleros, Camioneros, Luz y Fuerza y la Uocra), que en vez de plantarse y luchar ahora proponen “votar bien en octubre para sacarlo a Macri”. La verdadera polarización política es entre los candidatos del FMI y el Frente de Izquierda. Los Schiaretti, Pichetto y Urtubey de Alternativa Federal y el PJ que se encolumne tras el derechista Alberto Fernández, se presentan como el relevo de un Macri que cada día es menos viable como candidato para pilotear la crisis. Por el otro lado, los trabajadores, las mujeres y la juventud, lejos de ser derrotados presentan grandes reservas de lucha. Es necesario que se fundan con el programa de la izquierda revolucionaria y tengan una salida propia.

El FIT

En este cuadro, el Partido Obrero-Frente de Izquierda, que ha sido la cuarta fuerza más votada en Chubut, presenta una lista compuesta de luchadores y luchadoras del movimiento obrero y la juventud. Reforcemos el voto a la única fórmula compuesta por dos luchadoras en el segmento ejecutivo, Gloria Sáez como gobernadora y Daniela Gordiola como vicegobernadora, tras haber derrotado un insólito ataque proscriptivo a su candidatura, por tanto un ataque político a la lista del Partido Obrero. Y Gustavo “Pepe Saravia” como candidato a diputado provincial, para introducir en la legislatura el programa de la izquierda. Concentremos el voto para intervenir en la crisis con un programa de transformación social que impulse la movilización y la irrupción de las y los trabajadores como un factor de poder independiente, levantando la investigación de la deuda provincial, contra los tarifazos y por la nacionalización de los recursos estratégicos, contra los despidos y la crisis industrial, por el no a la megaminería y el fracking, por la defensa de los derechos de las mujeres y la juventud. Que la crisis la paguen los capitalistas.

¡Los candidatos que se rinden ante el FMI o una alternativa política independiente de los trabajadores, las mujeres y la juventud!

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