El Concejo Deliberante reunió a Veteranos de Malvinas para otorgarles un reconocimiento en el marco de “El día que Madryn se quedó sin pan”. En esta oportunidad, se homenajeó a Alcides Ramírez, Rubén Pastor, Héctor Binnier, Francisco Arturi y a Daniel Lillo. “En la única ciudad donde nos recibieron así fue en Madryn y eso nos genera un inmenso orgullo. En Buenos Aires nos metieron dentro del Campo de Mayo y no nos dejaban salir. A los chicos de Esquel los metieron en un campo lleno de espinas para que no los vieran: nos escondían”, coincidieron los combatientes.
“Apostamos por mantener viva nuestra memoria y recordar a nuestros héroes nacionales pero también a nuestro pueblo que se ha caracterizado la solidaridad, el respeto y la contención”, remarcó Xenia Gabella.
Alcides Ramírez fue el primero en expresarse y lo hizo con profunda emoción al recordar cómo fue ese 19 de junio de 1982. “Es la primera vez, después de 37 años, que vuelvo a Madryn.
Yo soy formoseño pero quería estar. Estoy muy emocionado de reencontrarme con ustedes”.
Siguiendo la misma línea, Héctor Binnier leyó una sentida carta: “Deseo expresar que no he encontrado palabras en nuestro diccionario en la cual se exprese nuestra gratitud a nuestra ciudad, porque decir simplemente `gracias´, no alcanza. “Llegó el Canberra al puerto. Salíamos en camiones del Ejército y en micros. Apenas los vehículos pisaron la avenida los habitantes de esta bendita ciudad se abalanzaron hacia nosotros: nos querían ver, nos querían tocar. Nosotros no salíamos de nuestro asombro. Ver cómo se emocionaban, cómo lloraban, cómo reían, cómo sacaban a algunos soldados para llevarlos a sus casas y darle todo lo que tenían a mano”.
¿Por qué Madryn se quedó sin pan?
Héctor narró que la gente les preguntaba qué querían de comer. “Les dijimos que queríamos pan ya que hacía dos meses que no comíamos ese manjar en Malvinas. La gente salió corriendo a buscar y complacer nuestro deseo. Nos traían alimento, golosinas, ropa. Nos pedían nombre, apellido y número de teléfono para luego salir corriendo y llamar a nuestras familias para avisar que sus hijos, hermanos, esposos o novios estaban en esta ciudad”.
Para finalizar, Francisco Arturi resumió el sentir de los soldados al bajarse del Canberra. “En la única ciudad donde nos recibieron así fue en Madryn y eso nos genera un inmenso orgullo. En Buenos Aires nos metieron dentro del Campo de Mayo y no nos dejaban salir. A los chicos de Esquel los metieron en un campo lleno de espinas para que no los vieran: nos escondían.Es tan fuerte lo que pasó acá… algunas mujeres nos abrazaban y nos decían “hijos”.
Cabe destacar que, además de Germán Vázquez de la Dirección Municipal de Veteranos de Guerra, estuvieron presentes los ediles Enzo Terrera, Marcelo Gallichio, Mario Méndez, Franco Albanesi y Juan Duarte