Diego, Dios o Maradona nacían los tres el mismo día hace mas o menos sesenta años en Villa Fiorito, humilde pesebre que supo alumbrar y dar cobijo al más mortal de los Dioses.
¿Por qué dios? ¿Por qué mortal? Ninguno tenía la respuesta y habitaban en el mismo cuerpo hoy tristemente nos damos cuenta de que era finito. Hoy si es un día hondamente triste, de esos que nos damos cuenta de desde ahora en más algo nos va a faltar. Una honda tristeza nos hermano nuevamente el dolor de perder a un dios mortal, el mito viviente que nos permite querer ser más, que con simpleza y picardía nos recordaba que lo imposible puede ser posible. Así te quiero recordar Diego
¿Pero quién es Diego Maradona? Me parece que la palabra que más se le acerca es la de un fenómeno. Esa palabra rebuscada que intenta decir algo pero que no llaga a cubrirlo completamente. Siempre habrá girones del Diego por ahí listos para ser descubiertos. A mí me gusta pensarlo como nuestro gran mito viviente aquel que podemos palpar y ver, pero que la compresión no pasa por la razón sino por la pasión. Diego era futbolista pero jugaba con algo más, algunos lo llaman talento otros espíritu.
Quiero quedarme con el Diego como espíritu que encarnó anhelos y frustraciones no solo de un pueblo sino de aquellos hombres y mujeres de a pie alrededor de todo el mundo. Anécdotas y episodios tiene millares pero me gustaría concentrarme en el partido contra Inglaterra en el Mundial de 1986, tras la guerra de Malvinas. Diego sabía que se disputaba algo más que un partido, el primer gol “ la Mano de Dios” humilla. Si, a los jugadores ingleses¿ Cómo en su propio juego eran engañados? Diego demostraba que David tiene muchas formas de ganarle a Goliath. El segundo gol los
sentencia a la derrota, el gol más lindo de la historia mostrando que el azar poco tenía que ver con el resultado del partido. El talento al servicio de una causa mayor a la de un mundial de fútbol. Ese día Argentina ya había ganado sin todavía disputar la final. Traería en 1986 un mundial nuevo sin los ecos del terror estatal de la copa de 1978, era un mundial para un pueblo que necesitaba una alegría para sanar .
Me acuerdo de conocer a Diego fuera de mí patria, dónde entendí que no solo representaba la alegría para mis compatriotas sino que fue un hito para todas las personas a pie, solo entendí “ Argentina Diego Maradona” ahí entendía que detrás de esa zurda y de esa mano había mucho más que carne y hueso. Algo sagrado unía el sentir profano de las personas. Un cantante decía que Diego,sembró alegría en el pueblo. Sin divisar que la siembra se disperso como embajadora en tantas latitudes, en pueblos tan diversos, pero que al pronunciar su nombre la respuesta alegre era siempre constante. Cómo un dios te convertiste en un emblema para millones pero con la humildad de los mortales bajaste para seguir siendo uno más de tu pueblo. Pensar que solo algunos suben al panteón olímpico pero son muchos menos los que bajan nuevamente con su pueblo mortal, quizá el gesto fue ese, el saberse único pero aún así querer vivir con su pueblo. Confirmaste que el aplauso de las mayorías sincero vale más que el silencio de los doctos que interpretan y algunas veces sienten. Gracias Diego vos te convertiste en el sentir de nuestro pueblo.
Me gusta pensarte Diego siempre atento a las necesidades de ti pueblo, tu lucha incesable por justicia para los demás, que si la alegría no es compartida entonces no vale vivirla. El bajar del Olimpo árabe de comodidades y confort para dirigir a Gimnasia y Esgrima de la Plata. Diego podría tenerlo todo pero nunca se olvidó
de los suyos. Creo que con la simpleza que agrandaba a sus semejantes también le impedía achicarse frente a los poderosos, Putin tuvo que esperar a que se haga de noche para que utilice el protocolar smoking, ahí Diego aclaraba “Maradona no usa traje de día” hablaba de si mismo como otro, el mortal reconoce en si mismo esa divinidad.
Creo que Diego Maradona vive la tensión entre Diego mortal y Maradona deidad, más que vivir su existencia es esa sublime e incomprensible amalgama ,El dice con suma claridad “ No hay manual que te enseñe a ser Maradona”
Para despedirme quiero ahorrar críticas y controversias. Escuché que por ahí “ que no quiero al Diego por lo que hizo con su vida, lo quiero por lo que hizo con las nuestras”. Pienso que eso lo resume a la perfección, ni infiernos, ni bajezas, ni cielos y deidades. Sino un hombre con un horizonte divino.
Gracias Diego por todo