Una pyme familiar es una de las tres únicas empresas en el mundo proveedoras de pastillas potabilizadoras de agua y desinfectantes de superficies para Unicef, que incrementó este año la elaboración y la exportación de productos de limpieza.
La pandemia de coronavirus ha generado pérdidas en numerosos sectores productivos, pero también abrió oportunidades en ámbitos como la potabilización de aguas y desinfección de superficies, donde la Argentina ingresó como un importante proveedor con la aprobación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Es el caso de la pyme familiar Laboratorio Pyam, una de las tres únicas empresas en el mundo proveedoras de pastillas potabilizadoras de agua y desinfectantes de superficies para Unicef, que incrementó este año la elaboración y la exportación de productos de limpieza, para enfrentar la emergencia sanitaria en la pandemia.
“En términos laborales, la pandemia nos afectó positivamente“, dijo a Télam Lucas Vigliani, gerente general de esta empresa de capitales 100% argentinos y con dos plantas en el parque industrial de Gualeguaychú, Entre Ríos.
“Todo lo que son productos de limpieza y desinfección en la pandemia se ha usado mucho”, explicó Vigliani, quien reveló que el incremento de la demanda obligó a sumar personal: “Teníamos 50 personas y desde marzo fuimos agregando otras diez más”.
Tras un “2019 no muy bueno, en 2020 nos vimos beneficiados; no estuvimos parados ni un solo día, de hecho incrementamos los turnos, pasamos de uno a dos”, resaltó, aunque aclaró que, al tratarse de emergencias, “es difícil planificar”.
“En 2020, un año de mucho trabajo que incluso nos permitió recuperar stocks, facturamos casi $150 millones”
Lucas Vigliani
“Trabajamos con ayuda humanitaria proveyendo al Ministerio de Salud de la Nación, a los Cascos Blancos de Cancillería y a Unicef, del cual somos uno de los tres proveedores de pastillas potabilizadoras, el único de América”, detalló.
Según el ejecutivo, “en 2020, un año de mucho trabajo que incluso nos permitió recuperar stocks, facturamos casi $150 millones, de los cuales 70% correspondió a exportaciones, y del total vendido al exterior, 75% fue para las misiones humanitarias de Unicef”.
Pese a “algunos problemas de abastecimientos puntuales con algunos proveedores, por ejemplo de etiquetas o de materia prima, falta de vuelos o costos logísticos un poco más altos, pudimos responder bien a todas las emergencias“, enfatizó.
La empresa fue fundada en 1991 por su padre Jorge Vigliani, proveedor de cereales del Estado que vio una oportunidad en la provisión de pastillas potabilizadoras de agua ante la epidemia de cólera que afrontaba América Latina.
Con plantas propias construidas en 1995 y 1998, recién en 2006 consiguió convertirse en proveedor de la ONU y, desde entonces, y en forma ininterrumpida, abastecer a Unicef.
Para venderle a la ONU, que realiza compras anuales por US$ 18.800 millones, más del 60% en países en desarrollo, hay que atravesar un estricto proceso de registración y cumplir con estándares internacionales.
El organismo centraliza todas sus compras en la plataforma United Nations Global Marketplace, un sitio web donde está unificada la oferta exportable de empresas de todo el mundo.
Consultado sobre sus expectativas para 2021, el ejecutivo afirmó: “Viendo lo que está pasando en Europa con la segunda ola del coronavirus, creemos que vamos a tener tanto trabajo como este año”.
“Estamos orgullosos de que, desde una pyme familiar, podamos brindar una solución, garantizar agua segura, desde la Argentina al mundo”, concluyó Vigliani.
Pyam produce pastillas y polvos potabilizadores de agua y desinfectantes de superficies de amplio espectro desde 1991 en su planta en Gualeguaychú.
Sus productos proveen una solución para la prevención de enfermedades de origen hídrico (en lugares sin agua potable o cuyas fuentes de agua fueron afectadas por catástrofes como inundaciones, terremotos, guerras o sequías), a todo aquel que no tenga agua segura (en particular África, Latinoamérica y Sudeste asiático) y desinfección de superficies.