Este año no puede ser evaluado o relatado sin tener un eje en las consecuencias únicas que trajo aparejado la pandemia de COVID19. A poco de iniciar esta gestión federativa nos vimos inmersos en el aislamiento social, preventivo y obligatorio, sin contar con un preaviso que nos pusiera en alerta. En forma inmediata se gestionó ante la Subsecretaría de Protección Civil, por medio del Consejo Nacional de Bomberos, la autorización para destinar fondos del subsidio de capacitación en la compra de elementos de bioseguridad para una dotación por cada asociación de bomberos voluntarios existentes en el territorio chubutense, junto con insumos para sanitización de las unidades y cuarteles; y en paralelo se designaron en forma interina al director provincial del Comando Único de Operaciones y a los regionales
Nuestros bomberos voluntarios se vieron afectados por este virus, sin lamentar en la provincia víctimas fatales. Aunque sí se debió aislar a casi todo un cuerpo activo, el de Gaiman, donde se evidenció la fortaleza del sistema, ya que nunca el servicio se vio suspendido en la localidad, por contarse con el apoyo de los cuarteles cercanos.
Otro de los ejes que atravesaron este año, es la dimensión política de la Federación. Especialmente con el tratamiento de la Ley, y un fuerte apoyo de la legislatura provincial, tendiendo puentes para relanzar el diálogo con el gobierno, aunque con poco resultado. Porque nuestra Federación considera que la mejor solución es la que se obtiene de un diálogo y la construcción a partir del consenso entre las partes.
En este punto, no podemos dejar de lado las veces que el sistema acompañó a la asociación de bomberos voluntarios de Dolavon, con el conflicto innecesario entre la Asociación y el Municipio, llegando a una solución, que tal vez no es la mejor o de máxima, pero si producto del diálogo.
Se debe resaltar el apoyo de la Secretaria de Trabajo, ya que se está tramitando un subsidio para que cuarteles con escasos recursos puedan por un tiempo poder contar con la guardia de cuarteleros, durante el verano.
Como eje político, o de política bomberil, tuvimos en agenda atender las necesidades de nuestros bomberos en forma holística, no sólo brindarle la mejor capacitación y los elementos de protección, sino que nos importa su condición socioeconómica, el acceso a la salud, a la vivienda, al trabajo y a la educación.
Acompañamos y sostuvimos la operatividad de aquellas asociaciones que no percibieron subsidios nacionales, declarándose en emergencia financiera y económica:se asistió a la asociación de bomberos voluntarios de Epuyen y Paso de Indios.
La calidad profesional y el compromiso demostrado por los integrantes de esta comisión directiva han llevado a que la federación participe activamente en distintas mesas de trabajo y subcomisiones en el organismo de tercer grado del sistema nacional de bomberos.
Con respecto a la capacitación, el distanciamiento nos llevó a la virtualidad, como a todo el mundo, no sólo para la capacitación sino también para las reuniones de comisiones directivas. Se han llevado múltiples capacitaciones tanto para el cuerpo activo como para los dirigentes. Como acción innovadora se está dictando una capacitación para los miembros de la comisión directiva de la federación en comunicación institucional, que luego se realizará a todo el sistema provincial. También se realizo la primera capacitación en género, discriminación y Ley Micaela, para el sistema con muy amplia participación.
Se llevó a cabo desde la virtualidad el Curso de Bombero Nivel 1, con certificación ministerial. Se trabajó junto a la coordinación de formación profesional del ministerio de educación en el redaccion del diseño curricular que cumple con el marco de referencia de bombero nivel 1, aprobado por el Consejo Federal de Educación. Un curso con participación de capacitadores internacionales y por medio de la virtualidad fue el de Estrategias de autocuidado para socorristas, otro que atendió a las necesidades de una regional fue el de Revalidación de competencias para suboficiales.
En fin, fue año distinto y ajetreado, dando respuestas al sistema en un contexto extremadamente difícil para su sostenimiento. Hemos apostado fuertemente a la unidad, al trabajo en pos de los objetivos comunes, para que no prime el sálvese quien pueda. Porque en la unidad, está nuestra fortaleza, en el diálogo inteligente y constructivo, las soluciones de largo plazo.
Nos espera un año con nuevos desafíos, y seguramente con muchos logros.