En este triste momento por el fallecimiento de Pedro, la memoria me trae al presente su ferviente defensa del patrimonio de los madrynenses cuando, siendo concejal por el PACH, planteó una acción de amparo contra la Municipalidad para que se deje sin efecto la ilegal venta de los terrenos municipales del llamado “LOTEO SUR” de esta ciudad.
El Poder Ejecutivo efectuó la venta directa de 81 lotes, cada uno por la irrisoria (ya por entonces) suma de $123.456, sin otra lógica que la seguidilla de números arábigos, en evidente y notoria violación de las normas que establece la Constitución Provincial, Carta Orgánica y aplicando una ordenanza que siquiera había entrado en vigencia. Existieron compradores de hasta 10 lotes por persona, quienes abonaban mayoritariamente en efectivo en las oficinas de Hacienda, pretendiendo pingues negocios a costa de los madrynenses.
Su decidida voluntad llevó el caso a la Justicia que en primera y segunda instancia reconoció que cualquier vecino está legitimado para promover una acción de amparo, ya que “es quien debe exigir el cumplimiento de las reglamentaciones cuya observancia está contemplada para el bienestar de la comunidad”.
Ratificando lo evidente, la Justicia civil, pues el Ministerio Público Fiscal desistió de investigar posibles ilícitos, señaló que la ordenanza que dispuso la venta del LOTEO SUR, era contraria a la carta Orgánica y a la Constitución provincial que exigen que toda enajenación de bienes inmuebles del municipio DEBE realizarse mediante ofrecimiento público. Ello incluye también, aunque no era el caso en análisis, todas las permutas y donaciones de tierras fiscales que habitualmente se hacen desde el estado municipal, que no son para viviendas sociales, única excepción permitida por la Carta Magna
La nulidad de la ilegal venta que promovió Pedro Giménez, uno de los pocos políticos que no se quedó con su rol opositor en el Concejo Deliberante, votando en minoría, permitió recuperar los 81 lotes para que se disponga luego una venta, a valores más justos y conforme lo mandan las ordenanzas.
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