Humedales: cómo lograr el manejo sustentable de uno de los ecosistemas más amenazados del planeta
Una investigadora del CONICET analiza cuáles son los desafíos para la conservación de estos ambientes clave.
De acuerdo a la última edición del informe de Perspectiva Mundial de la Convención de Ramsar, los humedales son ecosistemas clave para lograr la reducción de emisiones, la adaptación a los efectos del cambio climático y para frenar la pérdida de la biodiversidad. Pese a sus importantes funciones, son los ambientes más amenazados del planeta y se estima que desde 1970 se perdió un 35% de su extensión a nivel mundial, lo que significa que están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques y que más de un cuarto de las especies que habitan allí están en peligro de extinción.
Argentina tiene actualmente 23 sitios designados como Humedales de Importancia Internacional o sitios Ramsar, con una superficie de casi 6 millones de hectáreas. En la región del NEA se encuentran algunos de los más extensos del país, como los Humedales Chaco, las Lagunas y Esteros del Iberá, en Corrientes o el Parque Nacional Río Pilcomayo, en Formosa.
A través de distintas líneas de estudio, investigadoras e investigadores del CONICET trabajan desde esta región para conocer cuáles son las características particulares de los humedales que existen en el NEA. El objetivo final es obtener conocimiento que permita avanzar en el desarrollo sustentable, conservando estos valiosos recursos naturales.
“Los humedales del NEA tienen la particularidad de estar vinculados a los principales ríos de Sudamérica, como el Paraná, Paraguay, Iguazú y Uruguay. Algunos están directamente conectados y otros, como por ejemplo los Esteros del Iberá, están actualmente alimentados únicamente por lluvias. Para comprender cómo funciona cada uno de ellos es necesario tener en cuenta el contexto ecológico territorial en el que se encuentran”, explica Sylvina Casco, investigadora del CONICET en el Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET – UNNE). La estructura, la biodiversidad y la productividad de estos ambientes, señala, está condicionada por diversos factores, como la disponibilidad y la circulación del agua, el contenido de nutrientes, la temperatura o el fuego, entre otros.
Las distintas líneas de estudio que se desarrollan en la región apuntan a conocer más acerca del funcionamiento de estos ambientes, abarcando análisis de los sistemas fluviales y de sistemas con aporte de lluvias, aspectos de la biología de la conservación, control biológico, manejo de especies invasoras exóticas, análisis de riesgos de inundaciones y anegamientos por desborde de lagunas en áreas urbanas y periurbanas, entre otros temas. “Con el grupo de Manejo Ambiental del CECOAL que integro, por ejemplo, estamos analizando la complejidad de organización y los patrones de variabilidad ecológica para desarrollar estrategias de manejo sostenible en distintos humedales, como por ejemplo, aquellos vinculados al Paraná o al Macrosistema Iberá”, señala la investigadora, que desde su tesis de doctorado trabaja en ecohidrología, una línea que estudia la influencia de las fluctuaciones hidrológicas sobre la estructura y dinámica de distintas unidades de paisaje, principalmente los bosques fluviales.
Aunque las grandes extensiones de los humedales del NEA podrían indicar que existe un buen estado de conservación en la región, Casco advierte que se están registrando evidencias de cambios en las condiciones naturales de los ambientes vinculados a zonas urbanas o perirurbanas. “Para poder proteger y conservar los humedales es necesario seguir educándonos ambientalmente, continuar las líneas de investigación que permitan conocer el funcionamiento y la dinámica de estos sistemas tan particulares y, de esta manera, valorarlos convenientemente. En este sentido, las distintas acciones que se lleven a cabo -a nivel nacional y provincial- desde las instituciones gubernamentales, no gubernamentales, académicas y desde cada ciudadano en pos de un uso racional y adecuado de los humedales redundará en la protección de estos sistemas tan valiosos”, opina la investigadora.
En ese sentido, destacó el avance que se registró en Corrientes en el año 2020 con la sanción de una ley provincial que establece la creación del Inventario Provincial de Humedales, con vistas a un ordenamiento territorial que garantice el desarrollo sustentable. “Tenemos que trabajar de manera conjunta en nuestro país para lograr la articulación del sector productivo con el académico y científico, para conservar los humedales y el ambiente, en general. Las políticas públicas adecuadas y las líneas de investigación que colaboren en la toma de decisiones para la solución de los problemas que puedan presentarse en el desarrollo de alguna actividad productiva favorecerán el cuidado de los humedales”, concluye.
Acerca del Día Mundial de los Humedales
El 2 de febrero se conmemora el Día Mundial de los Humedales porque en esa fecha se adoptó la Convención sobre los Humedales que se realizó en la ciudad iraní de Ramsar en 1971. Fue el primer acuerdo multilateral sobre el medio ambiente que se firmó a escala mundial.
La Convención sobre los Humedales es un tratado intergubernamental que sirve de marco para la acción nacional y la cooperación internacional en pro de la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos. Actualmente la integran 172 partes contratantes y fueron designados 2.435 humedales de importancia internacional o sitios Ramsar, con una superficie de más de 250 millones de hectáreas. Los sitios Ramsar constituyen la mayor red de áreas de importancia internacional reconocidas oficialmente en el mundo.