Hoy se conmemora el día del Bibliotecarix en Argentina, en honor a la
creación de la Biblioteca Pública de Buenos Aires (actualmente
Biblioteca Nacional) fundada en 1810 por Mariano Moreno en el marco
de la Revolución de Mayo. En el documento fundacional publicado en la
gazeta de Buenos Aires, Mariano Moreno advertía el peligro de la
militarización de la juventud, y en un acto revolucionario,
aparentemente contrario a las prioridades económicas de la Primera
Junta, decidió formar un establecimiento destinado al cultivo del
conocimiento. La bibliotecología y el colectivo de trabajadorxs
bibliotecarixs somos entonces hijxs de la revolución y la decisión política.
Pero desde 1810 en adelante, la profesión bibliotecaria nunca fue
reconocida por su calidad profesional ni por su lugar dentro del colectivo
de trabajadores.
Lxs bibliotecarixs somos el sector más olvidado y vulnerado dentro de las
instituciones en las cuales desempeñamos nuestras tareas. Nuestros
espacios de trabajo son los primeros en ser recortados en ajustes
presupuestarios. Nuestros puestos, los predilectos para ser asignados por
nepotismo.
Nuestros derechos laborales fueron históricamente relegados, ya que nos
vemos obligados a formar parte de sindicatos que no corresponden
estrictamente a nuestra profesión, y dentro de ellos somos minoría.
La oferta de estudio de la carrera de bibliotecología es frecuentemente de
nivel terciario, y no hay un reconocimiento económico acorde para estos
títulos.
Nuestra profesión es altamente femenina, constituyendo el 86% del
colectivo. Sin embargo, los puestos de mayor jerarquía y estratégicos,
suelen ser ocupados por hombres, generando una brecha salarial de
género de un 12,58%. Y peor aún: las direcciones de las bibliotecas
suelen asignarse a personas de otras profesiones.
En las escuelas, no se respeta nuestro título y no se nos jerarquiza
correctamente para ocupar los cargos de bibliotecario escolar. En caso de
poder conseguirlo, se nos obliga a cumplir con otras tareas, como si el
único modo de formar parte de la educación y de ejercer pedagogía fuera
el de estar frente a un aula.
En las bibliotecas populares, cuya existencia cumplió más de un siglo y
medio, no se exige el título bibliotecario para estar al frente de las tareas
bibliotecológicas, tampoco está establecido dentro del presupuesto de la
CONABIP (que es la encargada de proteger a las mismas) el sueldo fijo y
regular de los trabajadores bibliotecarios. El subsidio anual no alcanza
para cubrir gastos mínimos como tampoco el pago mensual de un salario
para un bibliotecario.
En general se observa que a lo largo de los años, la historia de la
profesión y la creación de bibliotecas ha ido en aumento, sin embargo la
situación laboral del bibliotecario es precaria, inestable e incierta.
Por eso en este día, conmemoramos a nuestrxs compañerxs trabajadores
e invitamos a seguir luchando. Y como siempre, recordamos a nuestrxs
compañerxs bibliotecarixs desaparecidxs.
Desde SiTBA (Sindicato de Trabajadorxs Bibliotecarixs de la Argentina)
saludamos al colectivo, sosteniendo el reclamo por trabajo genuino para
todxs, que las bibliotecas estén a cargo de bibliotecarixs en condiciones
dignas de trabajo.
¡FELIZ DÍA! ¡NO BAJEMOS LOS BRAZOS!