Cuando el mandato del gobierno actual llega a su fin el 10 de diciembre de 2023, Argentina se enfrenta a las secuelas de uno de los períodos más desafiantes de su historia reciente. La economía se encuentra en un estado de devastación, con estadísticas alarmantes que pintan un panorama sombrío:
– Tasa de pobreza en un asombroso 42%
– Inflación disparándose a un ritmo alarmante del 233% (anualizado para el último trimestre)
– El salario promedio en golpeando la roca- niveles mínimos de 660 dólares
– El tipo de cambio supera los 1000 pesos por dólar
– Un sistema de control de divisas tipo Frankenstein que resulta en una brecha cambiaria récord del 200%
– El Banco Central de Argentina (BCRA) agotado , con reservas negativas netas de – USD 11.000 millones y una deuda récord de corto plazo de 23 billones de pesos vía LELIQ y pases, equivalente al 10% del PBI – Deudas
con importadores por cerca de USD 50.000 millones (equivalente a 8 meses de importaciones )
– Deuda público récord alcanzando los 406.000 millones de dólares
– Vencimientos de deuda sin precedentes de 90.000 millones de dólares en 2024
– Déficit fiscal cercano al 5% del PIB
Los desafíos que tiene por delante el gobierno entrante son inmensos, ya que hereda una economía en una situación desesperada. Para abordar estas cuestiones será necesario adoptar medidas estratégicas y prudentes para estabilizar la economía, restablecer la confianza y allanar el camino para un crecimiento sostenible.
