El hospital de Puerto Madryn continúa avanzando en la mejora de sus instalaciones y servicios, con un enfoque especial en la cámara hiperbárica, que juega un papel fundamental en el tratamiento de diversas patologías, incluidas intoxicaciones por monóxido de carbono. A lo largo de los últimos meses, el equipo encargado de esta área ha implementado una serie de importantes mejoras para garantizar la seguridad, eficiencia y bienestar de los pacientes.
Carlos Oviedo, enfermero técnico y uno de los principales encargados de este servicio, destacó algunas de las modificaciones realizadas, entre ellas la sustitución de válvulas de seguridad, un componente esencial para el funcionamiento seguro de la cámara. “Las válvulas de seguridad son un aspecto crítico, ya que son las encargadas de regular las presiones de los fluidos aéreos dentro de la cámara. Estas válvulas deben ser calibradas y auditadas periódicamente para garantizar su funcionamiento”, explicó Oviedo. En este caso, el hospital recibió una donación de Aluar, una empresa local, de dos válvulas nuevas y certificadas que serán utilizadas en el mantenimiento de la cámara.
Además de la renovación de las válvulas, se instalaron nuevos sistemas de lucha contra incendios, con la colocación de rociadores tanto en la cámara como en la antecámara. Estos rociadores pueden ser activados desde el interior o exterior de las instalaciones, garantizando una respuesta rápida ante cualquier contingencia de incendio.
El mantenimiento preventivo también incluyó tareas de pintura y protección. El equipo se encargó de eliminar la oxidación en áreas clave y aplicó una pintura epoxi resistente, que asegura la durabilidad de las superficies afectadas por los vapores y la erosión del tiempo.
Otro de los cambios significativos fue la actualización del sistema de comunicación dentro de la cámara. “Había problemas con los micrófonos y parlantes, lo que dificultaba la comunicación entre los pacientes y el personal. Ahora, hemos instalado nuevos dispositivos que mejorarán la interacción y la respuesta ante emergencias”, señaló Oviedo.
Un Equipo Dedicado al Bienestar de la Comunidad
La cámara hiperbárica del hospital tiene más de ocho años de funcionamiento. En este tiempo, se han realizado más de 3,000 sesiones, atendiendo a pacientes con diversas patologías, entre ellas, intoxicaciones por monóxido de carbono, un problema recurrente en la región, especialmente durante los meses de invierno. El servicio se ofrece a pacientes derivados de sus médicos tratantes, quienes realizan una valoración previa para determinar la necesidad del tratamiento.
“Cada año atendemos varios casos de intoxicación por monóxido de carbono, especialmente en invierno, debido a la mala combustión de estufas y calefactores. Este año hemos atendido cerca de 10 pacientes afectados por este problema”, detalló Oviedo. Los efectos del tratamiento en estos pacientes son sorprendentes. “Es increíble ver cómo un paciente entra con dificultades respiratorias y signos de intoxicación grave, y luego de recibir el tratamiento, se recupera notablemente. Hay un cambio notable, y eso es algo que vivimos todos los días aquí”, expresó con satisfacción.
El equipo que trabaja en el servicio está compuesto por cinco personas, que incluyen dos médicos hiperbaristas, dos enfermeros y una secretaria. Además, personal de la Armada se encarga del mantenimiento operativo de la cámara, lo que permite que el servicio funcione con eficacia y seguridad.
Un Servicio Accesible para la Comunidad
El acceso a este servicio es relativamente sencillo, aunque, como indicó Oviedo, los trámites administrativos pueden ser algo engorrosos, especialmente en el caso de pacientes que provienen del sistema PAMI. “La modalidad es que el paciente llegue derivado por su médico tratante, con la interconsulta correspondiente. Una vez que se evalúa la necesidad del tratamiento, se programa la sesión. Aunque en algunos casos, los trámites burocráticos pueden ser lentos, nuestro compromiso es brindar atención de calidad sin importar las dificultades administrativas”, explicó el enfermero.
En cuanto al impacto de este tratamiento en la comunidad, Oviedo fue contundente: “Lo que más notamos es el agradecimiento de los pacientes, sobre todo aquellos que han sufrido intoxicaciones. Verlos recuperarse de manera tan rápida y efectiva es muy gratificante para todo el equipo”.
Mirando al Futuro
A medida que el hospital sigue mejorando sus instalaciones y servicios, las nuevas donaciones y mejoras en la cámara hiperbárica garantizan que el tratamiento continuará siendo de vanguardia. La donación de válvulas por parte de Aluar y la constante implementación de medidas de seguridad y mantenimiento preventivo permiten que este servicio continúe funcionando con la máxima seguridad para los pacientes y el equipo de trabajo.
Con más de 3,000 sesiones realizadas en ocho años, y con una atención que abarca desde intoxicaciones por monóxido hasta otras patologías complejas, la cámara hiperbárica del hospital Andrés de Izunam sigue siendo una pieza fundamental en la atención de salud en la región.