La escuela Rosa de Corea, una de las instituciones más queridas de Puerto Madryn, celebró con gran emoción su 40º aniversario. El evento, que reunió a estudiantes actuales, exalumnos, exdocentes y familiares, se convirtió en un emotivo homenaje al recorrido de la institución y sus logros a lo largo de las décadas.
La celebración, que tuvo lugar en dos turnos para incluir a toda la comunidad educativa, comenzó con un acto formal en el turno mañana, presidido por la directora Elizabeth Bayer. “40 años es toda una historia, que le da identidad y trayectoria a la escuela. Pero como educadores siempre miramos hacia el futuro, por lo que hoy celebramos ese pasado que nos formó mientras pensamos en todo lo que está por venir”, expresó Bayer.
La Historia y el Sentido de Pertenencia
La historia de la Rosa de Corea se remonta a los primeros días de la ciudad, cuando la escuela fue construida gracias a la empresa que, durante un breve periodo, estuvo asentada en Madryn. El nombre de la institución rinde homenaje a esa empresa, un hecho que marca una de las particularidades de su historia, pues la empresa nunca se quedó en el país, y con ello, la escuela quedó sin padrino. A pesar de los esfuerzos por conseguir uno, Bayer compartió que aún no han tenido éxito en su búsqueda, aunque la comunidad sigue comprometida con la institución.
La escuela no solo ha sido un lugar de formación académica, sino también un espacio donde generaciones enteras de familias han depositado su confianza. Muchas de las actuales abuelas de los estudiantes comentaron que, tras haber sido alumnas en su juventud, ahora traen a sus nietos, lo que refleja la sólida conexión intergeneracional que se ha forjado a lo largo de los años.
Proyectos en Marcha: Renovación y Crecimiento
En cuanto a los proyectos para el futuro, la directora resaltó el desafío que implica la reestructuración de equipos docentes y la renovación de espacios. Un área clave de este proceso es la rehabilitación del laboratorio de ciencias, que actualmente se encuentra en desuso y transformado en un depósito. “Uno de los grandes objetivos de este año es que, hacia el final, podamos decir que el laboratorio está en funciones y que nuestros estudiantes podrán disfrutar de clases de ciencias equipadas”, aseguró Bayer.
Además de la renovación de los espacios, otro de los focos importantes de la escuela es el trabajo pedagógico en el marco del Plan de Alfabetización Institucional. Este plan, que se implementó el año pasado como parte de una política educativa nacional, pone énfasis en mejorar los niveles de alfabetización en lengua y matemáticas, áreas fundamentales para el desarrollo académico de los estudiantes. “Sabemos que las evaluaciones nacionales no siempre favorecen a Argentina en estos aspectos, por lo que este enfoque es crucial para el crecimiento de nuestros estudiantes”, explicó Bayer.
La Comunidad como Pilar Fundamental
El fuerte sentido de pertenencia que caracteriza a la escuela también se manifiesta en el apoyo constante de la comunidad. En los momentos más difíciles de la historia de la escuela, las familias han demostrado una notable solidaridad, desde la construcción de los muros hasta la creación de elementos decorativos, como el cartel de chapa que adorna la entrada.
“Estamos convencidos de que la comunidad juega un papel fundamental en la vida de la escuela. Por eso, hemos convocado a las familias y a los exalumnos para que se sumen a la mejora de los espacios, porque esta escuela es de todos”, comentó Bayer.
